"Violencia del
reduccionismo" (VIII)
“La estrecha
viculaciòn entre justificaciòn de la violencia e intereses
sociales dominantes muestra que, en definitiva, la violencia no
es medida por si misma, sino por sus productos.”
Violencia y
Agresiòn Social, Ignacio Martìn Barò (SJ)
No se aconseja estudiar
la violencia justificàndola dependiendo de què lado le ha tocado
a usted vivirla, del resultado que se obtenga con ejecutar el
acto de violencia.
Para no cometer el
error del reduccionismo de la violencia debemos dejar de
describirla como buena o como mala, dejemos de bautizarla.
Pensemos que
històricamente la violencia se ejerce siguiendo un modelo
impuesto por las clases dominantes, en cada època y en cada
sociedad como consecuencia del interès que se pretende proteger
y, en vìa contraria, como consecuencia de la libertad que se
aspira obtener.
La perspectiva
psicosocial acerca de la violencia plantea tres enfoques:
Enfoques teòricos.
Relativos a la inmensa variedad de puntos de vista a la hora de
analizar la violencia;
El enfoque instintivista.
Que plantea que la violencia y la agresiòn constituyen la
expresiòn de fuerzas instintivas, cualquiera que sea su caràcter
y su funciòn;
El enfoque
ambientalista. Del cual nos ocuparemos en lo que resta de esta
entrega y de algunas de las pròximas.
El enfoque
ambientalista, de este enfoque se han ocupado màs los psicòlogos
que los sociòlogos, destacàndose un grupo apreciable de
norteamericanos vinculados a la orientaciòn del aprendizaje.
Desde el primer tercio
del siglo pasado, lo psicòlogos norteamericanos vienen
estudiando el papel que juegan los factores situacionales en la
determinaciòn de la violencia y agresiòn humanas.
J. P. Scott, hizo una
afirmaciòn muy utilizada todavìa hoy:
“No hay pruebas
fisiològicas de alguna necesidad interna o de alguna fuerza
pulsional espontànea hacia la lucha; toda la estimulaciòn hacia
la agresiòn procede de las fuerzas presentes en el medio
ambiente externo.”
Hemos encontrado dos
enfoques ambientalistas:
Modelo de frustraciòn-agresiòn;
Modelo contemporàneo del
aprendizaje social de la violencia.
El modelo de frustraciòn-agresiòn,
alcanzò su mayor esplendor en 1939, cuando en la Universidad
Yale, un grupo de sus psicòlogos màs destacados (Dollard, Doob,
Miller, Mowrer y Sears) publicaron un estudio en el que
involucraban algunas hipòtesis fundamentales del psicoanàlisis
freudiano sobre la agresiòn en terminos operativos que
permitieran su verificaciòn empìrica.
Aquel grupo de Yale
tradujo algunos conceptos de Freud y los propuso como variables
observables y en proposiciones hipotèticas, verificables
mediante la experimentaciòn de laboratorio. (Experimentaciòn con
seres humanos)
La hipòtesis fundamental
de aquel grupo era: “La agresiòn es siempre una consecuencia de
la frustraciòn.” Es decir, que la conducta agresiva presupone la
existencia de la frustraciòn y que, la existencia de la
frustraciòn siempre conduce a alguna forma de agresiòn.
Aquel grupo de Yale entendiò que la
frustraciòn es un estado o condiciòn que se produce cuando se
impide al individuo realizar una respuesta buscada como
objetivo, mientras que la agresiòn es aquel acto que busca
producir daño en un organismo. (Continuarà)
El Lic. Angel Artiles Díaz es Prof. Titular de la Carrera de
Derecho (UTESA-Puerto Plata)
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