Opinión
 

LOS SEÑORES DE LA GUERRA Y EL LUCRATIVO NEGOCIO DE LA MUERTE

Lunes 03 de Agosto de 2009

¿Os habéis preguntado alguna vez, aprovechando que estamos en crisis y que la cosa tiene mala pinta, a qué os dedicaríais en el caso de perder vuestro trabajo? ¿A la especulación urbanística? ¿Al tráfico de droga? ¿A la trata de blancas? ¿A invertir en bolsa? ¿A extraer petróleo?... La respuesta es más sencilla y mucho más rentable: al tráfico de armas. No hay negocio más lucrativo, productivo y beneficioso.

En el mundo podemos encontrar un arma ligera por cada diez habitantes y cada minuto muere una persona a consecuencia de un disparo- en total más de 500.000 víctimas al año. Teniendo en cuenta que una bala de AK-47 (el arma más utilizada, con presencia en 82 países y más de cien millones de unidades vendidas en todo el mundo) producida en Albania se vende por 0,04 euros y un traficante puede vender esa misma bala por 0,20 euros… El beneficio es escandaloso- concretamente el 5,50% de escandaloso. Vosotros, ávidos en las finanzas y que habéis visto filón en esto de las armas, me diréis que vendiendo balas no os vais ha hacer ricos. Pues os equivocáis…

Un AK-47 puede disparar 600 balas en un minuto; que traducido en dinero significa que nuestro cliente se acaba de gastar 120 euros en un minuto apretando el gatillo. ¿Rentable? Es el negocio por excelencia. Cualquier madre querría tener a un traficante de armas como yerno, ¿o no? A esto le tendríamos que añadir la situación del país y su contexto. En Irak una bala de AK cuesta entre 0,12 y 0,36 euros…dependiendo de la escasez del producto. Pero en Somalia la escasez es un negocio y podemos colocar cada proyectil por un precio cercano al euro.

La venta de armas es un negocio al alza y un reciente informe publicado por el Instituto Internacional de Investigación para la Paz (SIPRI) así lo confirma. Entre 2003 y 2008 se incremento en un 21% la compra-venta de armas. “En un momento en que el mundo necesita cooperar para buscar soluciones a los problemas globales, el crecimiento del mercado internacional de armas marca un desperdicio de recursos que la comunidad internacional no se puede permitir”, declaró Paul Holtom, director del Programa de Transferencia de Armas del SIPRI.

El gasto militar a nivel mundial superó en 2008 1.400 billones de dólares. A la cabeza de esta lista se encuentra Estados Unidos -que tiene más tiendas autorizadas para la venta de armas que gasolineras- seguida de China y Rusia. Otras de las naciones que también mostraron un incremento en su inversión militar a nivel mundial durante 2008 fueron India, Arabia Saudita, Irán, Israel, Brasil, Corea del Sur, Argelia y Reino Unido.

En lo referente a exportaciones de armas, este negocio mueve al año 21.000 millones de dólares. Y lo más curioso de todo; más del 80% de las transferencias de armas corren a cargo de los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas – EEUU, Gran Bretaña, Rusia, China y Francia- que al mismo tiempo son, supuestamente, los garantes de la paz y de la seguridad mundial. España, que se encuentra en la posición número 11 del ranking de los países vendedores de armas y mueve alrededor del 1% de las exportaciones mundiales.

El negocio de las armas está en auge, sobre todo a raíz de la “Guerra contra el Terror” tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. En el mundo existen unos 40 conflictos armados y todos ellos son un mercado al que hay que abastecer de armamento. Lo que reporta jugosos beneficios… Y una cuota de mercado difícilmente superable por cualquier otro negocio a nivel global.

Hay seres humanos que durante su vida no conocen otra cosa que cruentas guerras asolando su país. Son niños de la guerra y ancianos de la guerra… y morirán si saber lo que es la paz. Especialmente en países donde la esperanza de vida no supera los 40 años. En países como Afganistán llevan en guerra desde finales de los 70. Tres décadas después la guerra continúa sembrado de cadáveres las mismas tierras que pisó Alejandro Magno…

Desde que el hombre ha tenido ¿uso? de razón ha hecho la guerra. Ya sea porque ambicionaba poder, riquezas, territorios o el amor de una dama- Troya es un claro ejemplo. Siglos y siglos de violencia, de muerte y de codicia han alimentado la hoguera de las guerras. Las armas aparecen en las primeras pinturas rupestres. Siempre han acompañado al hombre en su periplo y no las vamos a erradicar. La guerra es la fracasada convivencia entre los hombres; y es un fracaso que tenemos que asumir todos.

Cada año se fabrican, en el mundo, 8 millones de armas ligeras y 2 balas por cada persona del mundo- el último dato estadístico cifro en más de 7.000 millones los habitantes del planeta azul. Como decíamos antes, el comercio de armas es uno de los negocios que da más beneficios del mundo: después del tráfico de drogas, es uno de los que mueve más dinero, con la diferencia de que la mayor parte de éste es legal. Esa es la clave del asunto. Si vendemos una pistola, de manera legal, nunca nos podrán imputar ningún delito, en cambio si te pillan traficando con droga… Pasarás mucho tiempo a la sombra.

Como en todo buen negocio lucrativo que se precie tenemos una línea divisoria. Por un lado tenemos a los malvados traficantes de armas. Gentes sin escrúpulos capaces de sentarse a la mesa con los mayores genocidas del planeta, reírles las gracias, estrecharles la mano y luego firmar acuerdos por miles de millones de dólares en armas que serán destinadas a genocidios varios. Esas son las ovejas negras de este negocio, los malos malísimos y los que ponen mala fama a la gente honrada que pretende ganarse el pan. Pero el problema reside en la siguiente pregunta ¿De donde consiguen estos traficantes sus alijos de armas? ¿Quién es su proveedor? En Peshawar (Pakistán) tuve la oportunidad de entrevistar a un traficante de armas local… Y saqué en claro que ellos son sólo simples ‘comerciantes’. Me habló de cajas de M-16 con el escudo de Estados Unidos grabado en la parte superior. Armas nuevas recién sacadas de las fábricas de Maryland, Bostón u Oklahoma.

Luego tenemos la cara opuesta al malvado traficante. Esos poderosos hombres de negocios, trajeados y que portan maletines que cuestan más que una escuela en una inmunda aldea de África. Que comparten mesas con presidentes de gobierno, primeros ministros, reyes o asisten a galas benéficas donde se recaudan cientos de millones de euros destinados a obras sociales. Muchos de esos hombres quedaron al descubierto tras un informe publicado por el periodista Alejandro Gutiérrez en la revista Proceso de México en el número 1663 del 14 de septiembre de 2008.

En la extensa lista que vio la luz destacaban nombres de empresas españolas como el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) y el Santander, las empresas energéticas Unión FENOSA (recién adquirida por Gas Natural) e Ibedrola y Telefónica. En la empresa armamentística Indra (que fabrica misiles, simuladores para aviones de guerra y sistemas de tiro) están presentes, además de la mayoría de las empresas nombradas, Caja Madrid, Casa Grande de Cartagena, Cajastur o Caja Cantabria. Es curioso que cuando nos acercamos a las sucursales de estas entidades bancarias o Cajas de Ahorro nos sorprende ver anunciado a bombo y platillo, fundaciones que destinan parte de sus ingresos a bienes sociales, a ayudas a los más necesitados… Pero, no hacen mención a los beneficios que sacan a través de la venta de armas.

El informe periodístico afirmaba que “las instituciones bancarias no necesitan ser accionistas de empresas fabricantes de equipo militar para financiarlas ya que lo pueden hacer directamente”. Y se basaba en un informe del Centro de Estudios para la Paz J.M. Delás, con sede en Barcelona, para informar que un grupo de bancos, entre ellos el Santander, “suscribió dos acuerdos con la empresa EADS-CASA, fabricantes de aeronaves militares, y la fuerza aérea brasileña para financiar una operación de 544 millones de euros por la compra de 12 aviones de combate y la modernización de otros ocho”.

Por su parte, el BBVA financió a empresas fabricantes de bombas de racimo o misiles de crucero de varios países mientras los bancos Santander y Banesto y Caixa Cataluña, cuyo máximo responsable es Narcis Serra, antiguo ministro de Defensa, otorgaron un crédito de 300 millones de euros a la empresa Explosivos Alaveses.

Quizás el día que junto a caras de niños sonrientes aparezcan otras de niños mutilados por las armas que financian estas empresas nos pensaremos, muy mucho, dejar nuestros ahorros en manos de los auténticos Señores de la Guerra.

 

Fuente: www.rebelion.org

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