Destacan labor de “Granito de Mostaza” a favor de niños en condiciones especiales

Ultima Actualización: martes, 17 de septiembre de 2013. Por: ANTONIO HEREDIA

En una labor titánica realizada a favor de los discapacitados este centro funciona los 365 días del año con los pocos recursos que aportan manos solidarias y gracias al trabajo de colaboradores voluntarios ya que sus gastos mensuales rondan los 500 mil pesos.

PUERTO PLATA.- “A mano pelá” funciona desde hace variosaños la institución sin fines de lucro “Granito de Mostaza” donde se atiende aun grupo de 20 niños y adolecentes afectados por discapacidad como sonparálisis cerebral, retraso psicomotor y Síndrome de Down.

Esta fundación realiza una admirable labor como es alimentary cuidar a estos seres especiales que no caminan, no hablan  y ni siquierapueden valerse por sí mismos para comer, los cuales fueron abandonados por suspadres en un lugar cualquiera del país, pero con el tiempo han logradosobrevivir y hasta conseguir algún desarrollo físico y mental gracias a laloable labor que cada día realiza la fundación Granito de Mostaza en su humildehogar.  

Asimismo, en una labor titánica realizada a favor de losdiscapacitados este centro funciona los 365 días del año con los pocos recursosque aportan manos solidarias y gracias al trabajo de colaboradoresvoluntarios ya que sus gastos mensuales rondan los 500 mil pesos.

Pese a las limitaciones, no hay un día que los niños dejende recibir sus medicamentos, que cuestan ocho mil pesos por cada uno,alimentos, terapias, su baño, su cambio de pañales y hasta educación, poniendoen relieve las enseñanzas de Jesucristo que “si tuviéramos fe como un granitode mostaza, podemos mover montañas”.

Precisamente haciendo alusión a esa enseñanza divina,Miguelina quien debido a su enfermedad tiene 23 años pero aparenta de 12, aunasí exhibe su alegre sonrisa, a pesar de no articular bien las palabras expresacon satisfacción que ya sabe la oración del Padre Nuestro y si temor canta “Situviera fe como un granito de mostaza, eso lo dice el Señor, yo le diría a lasmontañas muévete, muévete”.

A la jovencita Miguelina, le encanta cantar, colorear hojasen blanco y también ayuda un poquito a organizar su pequeña cama, es la únicaque puede hablar del grupo de 20 niños y adolescentes que padecen de parálisiscerebral, retraso psicomotor y síndrome de Down los cuales fueron acogidos yreciben atenciones en la fundación Granito de Mostaza.

Amor al prójimo

Indudablemente el poder de la caridad se impone ya que nosólo lo material cuenta aquí, además los niños reciben un gran amor por partede las 22 niñeras que los cuidan, el personal administrativo, la enfermera y elmédico que todos los días acuden al centro a darles la sección de terapia.

Granito de Mostaza, esta situada en una zona poco conocidadel turístico municipio turístico de Sosúa, en la provincia de Puerto Plata, esel ejemplo vivo de que más allá del dinero existe algo que se llama compasiónhumana.

La asistente administrativa de la fundación; AlexandraBournigal manifestó que “es una experiencia fuera de serie, trabajar con todosestos niños no tiene precio, porque esto es un llamado del Espíritu Santo, yaque he trabajado en muchos lugares, pero como aquí nada se compara”.

La fundación Granito de Mostaza ya tiene 13 años enRepública Dominicana ayudando a los más vulnerables, pero también se encarga deque cuatro niños del grupo de 20  reciban educación en una escuelaespecializada.

Rutina

En este hogar, la jornada comienza bien temprano, los niñosse despiertan entre cuatro y cinco de la mañana, reciben un baño, luego sudesayuno  y más tarde son llevados a una pequeña habitación que hace lafunción de capilla para que ellos “puedan entrar en contacto con Dios”. 

Luego son llevados a su pequeña terraza hasta la horadel almuerzo; a las dos de la tarde empiezan con las terapias.

¿Cómo podemos ayudar?

“Las necesidades de la fundación Granito de Mostaza vandesde una lata de leche hasta un simple pañal ya que el personal de lafundación es  creyente en Jesucristo y eso hace que cuando algo faltallega sin ni siquiera esperarlo”, explica la señora Bournigal.

Relató que “en una ocasión no tenían ni un solo pañaldesechable para los niños y no sabían qué iban hacer, pero confiaron enDios y  más tarde llegó, sin estar  esperándolo, un camión lleno deese producto”.

Se destaca que con su gran amor y entrega esta fundación hademostrado que “con un granito de mostaza se puede mover una montaña de dificultadesy hacer que la vida de estos niños especiales pueda  ser  dignadentro de sus necesidades”. 

**Colaboración de Leisy Torres.-