De los pobres se habla mucho, y desde la biblia para acá todo gira en torno a los pobres, sean estos pobres de espíritu o pobres materiales, y en relación con estos últimos, se desarrolla la vida de las instituciones sociales, políticas, privadas u oficiales.
Del gobierno se dice, que lo hace para garantizar mejor vida para los pobres, de los partidos políticos se dice que estos tienen como fin promover mayor bienestar social para los pobres, y hasta las grandes potencias políticas y económicas dicen que sus gestiones están dirigidas a preservar mejor suerte para los desheredados de la fortuna.
No obstante cuando se trata de tocar los elementos centrales que producen pobreza material muy pocos son los que sostienen su vocación por la defensa de los pobres, quizás porque muchos aún siendo posesores de abundancias, en el fondo también son pobres, porque no poseen la necesaria voluntad para aplicar lo que postulan o porque su vocación no es mas que una simple pantalla.
Un pueblo que como el nuestro se cree dueño de incalculables riquezas materiales contenidas en nuestro medio natural, sigue siendo un pueblo pobre; y el alcance de su pobreza no radica solo en la creencia de ser dueño de un inconmensurable patrimonio que ha sido puesto en manos de otros, sino que la pobreza material la supera la pobreza espiritual, esa que no nos permite tener voluntad propia para salir de nuestro marasmo que nos impide avanzar, que nos impide decidir nuestra propia suerte y nos convierte en enemigos de nosotros mismos.
Para superar la pobreza, hemos de reflexionar sobre cual pobreza debemos superar primero, porque siendo pobres de espíritu, no será posible dejar de ser pobres materialmente…
Hasta pronto… muydecerca10@hotmail.com