Desde cuando, somos dos?

Ultima Actualización: lunes, 10 de febrero de 2014. Por: Maria Gónzalez

Vinieron a descubrir lo que ya había sido descubierto, a proteger lo que ya estaba protegido y a desintegrar lo que ya era el mundo ideal.

Habitamos un territorio especial, que fue cultivado y protegido por la sangre de la diversidad de nuestros de nuestros primitivos habitantes, aquellos que siendo 5 tribus y 5 cacicazgos; mantuvieron intacta la integridad del cuerpo isleño, hasta que llegaron ellos, los que trajeron en sus barcas y en sus conciencia el germen de la división y las causas de las discordias.
 
Vinieron a descubrir lo que ya había sido descubierto, a proteger lo que ya estaba protegido y a desintegrar lo que ya era el mundo ideal de Caribes, Ciguayos, Macorijes, Tainos y demás tribus aborígenes que pese a sus diferencias de hábitos y costumbres, convivían unidos cual familia oriunda de un mismo tronco, cultivando un ayer lejano, inmerso en el mundo de los sueños y de las quimeras, que una vez fue realidad, pese a que 600 años los hayan sepultado en un mar de querellas intestinas.
 
Cuando se hicieron a la mar las naves del odio, la división y la ambición; se decretó el final del mundo de sueños que pacíficamente imperaba en medio del impetuoso Mar Caribe, porque fue desde entonces cuando el destino hizo que se rompiera la paz y la unidad de un mundo natural, concebido y dirigido según los designios del creador, en cuyo nombre llegaron nuevos dueños e impusieron sus leyes, sus ideas y sus credos particulares,  creando a la vez una amalgama de colores, europeos, africanos y caribeños.
 
Desde entonces, esta isla frugal y material paso a ser asiento de ambiciones y pasiones fruto de la codicia y la ambición de cuantos alla en el viejo mundo, ambicionaban las bellezas y las riquezas de este lado natural que conservaban para si nuestros originales abuelos; fue ese el principio de la división, aquella que se decretó en el tratado de Basilea, donde como en todo hecho hijo de la rapiña, entre las concertaciones abiertas y evidentes se escondieron clausulas secretas, que marcaron el destino de esta Isla entera, cuyo nombre original era “Haiti”, no el haiti de la división, sino el haiti de los aborígenes que la poseían.
 
Fue desde Basilea, que se sembro la semilla de la división, del racismo y la discriminación, porque fue desde allí, donde la ambición de las castas dominantes de  Franceses y Españoles, dividió esta tierra en dos porciones, y que a la luz de los intereses de una u otra facción, se formaron dos repúblicas que arrastraron consigo los genes hereditarios de las realidades, ambiciones y creencias de las metrópolis negociantes.
 
Con esta sencilla reflexión, me permito iniciar un ciclo de elucubraciones para exponer ante los lectores mi humilde visión de los orígenes del conflicto entre dominicanos y haitianos…

Hasta pronto… muydecerca10@hotmail.com