De Puerto Plata son muchos los lugares de atractivo natural e histórico que pueden quedarse en la memoria de todos aquellos que nos visitan. Para conocer lugares que guardan un místico y mágico pasado, y que nos transportan como máquinas del tiempo a los inicios de esta ciudad donde se trazó parte de la historia de nuestra nación.
LA FORTALEZA SAN FELIPE
Esta hermosa y poderosa estructura rocosa ubicada en la zona noroestes del casco urbano conocida como la puntilla del malecón, lleva su nombre en honor al rey Felipe Segundo de España.
Fue construida en 1564 y no fue hasta 1577 (trece años después) cuando esta impotente obra de la ingeniería militar de entonces fue terminada. 434 años han pasado desde que fue cimentada.
Erigida como defensa de la costa norte contra temerarios piratas que merodeaban las aguas atlánticas. Contaba en su interior con un puente elevadizo montado sobre un sistema de defensa, compuesto por filosas estacas de madera talladas a mano. Estas mortíferas defensas, estaban cubiertas por aguas poco profundas y turbias, de tal manera que al elevar el puente el enemigo cayera a muerte siendo traspasado.
Como parte de su ingeniosa estructura, en el interior de esta fortaleza se observan pequeñas puertas las cuales eran utilizadas como trampas de seguridad donde era necesario anunciarse antes de traspasarlas. Las inusuales puertecillas, ponían a merced del vigilante la cabeza y el cuello de quien no se anunciaba y fácilmente terminaba decapitado por machete o sable.
Por dos días, el prócer Juan Pablo Duarte, estuvo cautivo durante el proceso histórico de la independencia en uno los aposentos de la fortaleza.
En la actualidad en otra de las habitaciones pueden encontrarse colecciones de armas antiguas que fueron halladas tras una reconstrucción de la fortaleza en 1972 durante el gobierno del Dr. Joaquín Balaguer. La última remodelación fue realizada en el año 2009 en la gestión del Presidente Leonel Fernández.
EL FARO DE PUERTO PLATA
Este coloso guardián de la costa norte de la isla, fue construido por la empresa Robert Hill & Son, bajo la supervisión de Allan Howard Crosberg en septiembre de 1879, por disposición del entonces gobierno provisional que presidía el General Gregorio Luperón.
El fin de tan majestuosa obra, era guiar el curso de los barcos que surcaban el atlántico y que se dirigían a Puerto Plata.
En cuanto a su estructura, este veterano vigilante de los mares, fue construido en hierro fundido traído de Inglaterra. Compuesto por columnas clásicas progresivamente adelgazadas y estriadas evocando el estilo dórico – romano, este gigante de acero se eleva al saludo de las embarcaciones unos 137 pies sobre el nivel del mar.
Importante es destacar la inclusión del faro de Puerto Plata en el catálogo de la World Monuments Fund, como uno de los cien monumentos del mundo en peligro de desaparición.
Por los años de servicio a una innumerable cantidad de embarcaciones, el 9 de septiembre del 2002 (ciento veintitrés años después) bajo la administración del Presidente Hipólito Mejía y con los auspicios de empresas nacionales e internacionales fue restaurado y re-inaugurado el vigía del atlántico.
Se conoce el dato de que solo tres de estos faros fueron fabricados en el mundo y que hasta la fecha solo quedan en pie dos, uno de los cuales este en nuestra Novia del Atlántico.