Negocios informales, robos y accidentes se incrementaron en PP durante la Semana Santa

Ultima Actualización: domingo, 20 de abril de 2014. Por: ANTONIO HEREDIA

En la Semana Santa se activan un conjunto de negocios como son los hoteles y restaurantes, líneas de autobuses, tiendas de sandalias y ropa de playa, ventas de pescados,mariscos y frituras.-

PUERTO PLATA.- Tradicionalmente la Semana Santa es un período de reflexión y asueto donde muchas costumbres han cambiado mucho, hasta el extremo de que este periodo es aprovechado por miles de ciudadanos para ir a playas, ríos y montañas y luego retornar con ánimo festivo tras participar en toda clase de francachelas.
 
Desde el ámbito económico existe todo un conjunto de negocios que se activan en estos días, como son los hoteles y restaurantes, líneas de autobuses, tiendas de sandalias y ropa de playa, ventas de pescado y frituras, suplidores de piscinas plásticas y protectores solares,dueños de botes, servicios de ambulancias y estaciones de expendio de combustibles participan de la bonanza de temporada.
 
 
 
Irónicamente la Semana Santa es una oportunidad más para ganar dinero ya que como es el caso de Puerto Plata decenas de ciudadanos instalan en las playas, ríos  y carreteras puestos de venta de frituras y otros comestibles pero nos e quedan las carpas de las empresas licoreras que no obstante a las supuestas prohibiciones de las autoridades venden más alcohol(ron y cerveza) que alimentos.
 
 
 
Una cantidad reducida de ciudadanos se dedican a reflexionar sobre la pasión, muerte y resurrección de Cristo ya que se le da riendas sueltas al desenfreno  por lo que sí abundan los accidentes de tránsito, contusiones, ahogamientos, insolaciones e intoxicaciones alcohólicas que mantienen ocupadas las salas de emergencias del hospital Ricardo Limardo y las clínicas privadas locales.
 
En cuanto a la delincuencia, muchos ladrones principalmente unos zombis llamados “piperos” continúan trabajando en sus fechorías durante la Semana Santa, pues siempre están al acecho de casas vacías, viajeros perdidos y vehículos poco vigilados para llevarse todo lo que encuentran a su paso y luego comercializarlo por baratijas y poder saciar su adicción a las drogas narcóticas, mientras que los agentes policiales están en otros menesteres ajenos precisamente a la seguridad ciudadana.