De abril a hoy

Ultima Actualización: jueves, 24 de abril de 2014. Por: Maria Gónzalez

Los hechos de abril de 1965, no solo fueron simples hechos políticos entre dos bandos.

Por: Maria Cristina Gonzalez 
 
El pueblo Dominicano conmemora este día 24 de Abril, el 49 aniversario de la revuelta armada de 1965, que procuraba devolver al poder al presidente Juan Bosch y al Partido Revolucionario Dominicano, que constitucionalmente se había instalado en el país, a raíz de las elecciones celebradas en el año 1962.
 
Los orígenes que trajeron tal conflagración interna, se remontan a los más recónditos rincones de la ambición y la intolerancia política prohijados en medio de empresas, embajadas y confundideros políticos que trashuman de manera sempiterna en cada uno de los espacios de esta humilde geografía.
 
Luego de una larga y oscura noche de 31 años de dictadura, habíamos amanecido a la mañana de la democracia, y como quien tiene un juguete nuevo aun no sabíamos cómo utilizar nuestro nuevo instrumento socio-político, y aunque teníamos un gobierno nuevecito, una constitución nacional nuevecita y ajustada a los más avanzados requisitos de la democracia, esos grupos que no toleran y que resisten lo nuevo, entendieron que ese avance social construido y ganado por nuestro pueblo, había que anularlo o por lo menos detenerlo.
 
Por esa razón, los hechos de abril de 1965, no solo fueron simples hechos políticos entre dos bandos; sino acciones hijas de la natural pugna entre lo nuevo y lo viejo, entre lo joven y lo arcaico, y en esa lucha se fueron alineando las diferentes fuerzas, cada una de acuerdo al criterio que sustentaba, en cuanto concepto de nación que los guiaba y al criterio social que habían asumido como norma y estilo de vida.
 
49 años han pasado, y su paso no fue en vano, porque ese momento histórico puso de manifiesto la férrea voluntad de un pueblo cuando se propone buscar a cualquier precio su destino, y sobre todo; que allí fue regada de nuevo la semilla de la esperanza y que de él Abril de ayer, al abril de hoy, solo hay una diferencia, que es la que aún queda entre la siembra y la siega, entre el embarazo y el parto, donde de verdad hemos de ver nacer una nueva nación enaltecida, por la unidad, el trabajo, la justicia y la libertad…-