Por: Maria Cristina Gonzalez
Es la novedosa frase usada por algunas autoridades legislativas, policiales y del gobierno, para referirse a la lucha contra los delincuentes de barrios, los del sector marginal de la sociedad; con ese discurso, las autoridades tratan de inducir o de justificar a los policías que con la gastada teoría de los ” intercambios de disparos” aplican una campaña de exterminio contra la delincuencia barrial segándoles la vida a jóvenes que la misma sociedad en descomposición ha inducido al crimen y a la ilegalidad.
Debo ratificar aquí mi convicción de que la delincuencia y su crecimiento o disminución; no son un fenómeno aislado del entramado social que nos rige, sino un resultado del grado de descomposición al que llegan sus instituciones cuando son manejadas con estilo personalista, anti democrático y discriminatorio, en el cual un amplio segmento del conglomerado se ve marginado de las formas de distribución de las riquezas y de la protección social que merecen como ciudadanos.
Mientras se aplica la política de exterminio contra los delincuentes (no contra la delincuencia) de los sectores marginales de la sociedad, los delincuentes de cuello blanco, aquellos procedentes de la clase alta, los que tienen poder económico, social y político; nunca son tocados, y eso irrita; incita mas a la violencia social, que en el caso nuestro no ha encontrado otro cauce, que no sea otro que el de las pandillas, el asalto, los secuestros, narcotráfico y asesinato en todas sus variantes.
Nadie quiere un país donde los delincuentes se adueñen de las calles; eso no, lo que se quiere es una nueva manera de enfrentar la delincuencia, atacándola con seriedad desde sus raíces, no cortándole los retoños al tronco; sino poniendo en práctica medidas profilácticas que afecten por igual a todos los órganos infectados, no como ahora, donde los métodos lucen alejados de la verdadera realidad.
Si usted es funcionario, diputado, senador o empelado de tercera o segunda, si usted pertenece al partido de gobierno, usted tiene carta de corso, para llevarse el país.
Con la algarabía de darle pa, bajo a los delincuentes, están induciendo a la gente a que justifique y apruebe los intercambios de disparos. y que aprueben semejante barbaridad, mientras por otro lado, se aprueba el robo público, la política clientelar, que erradican el párrafo 3, del artículo 185 del código procesal penal.
Estamos ante una sociedad, cuyas instituciones pretenden convertirnos en ciudadanos estúpidos, creándonos adefesios que permitan a los delincuentes ricos continuar llevándose el país y lo poco que queda de él…
Hasta pronto… muydecerca10@hotmail.com