PUERTO PLATA.- Al caer la tarde de este martes fueron sepultados en el cementerio municipal de Altamira, los restos mortales de la señora Adriana Morales Cruz (Mima), quien es la madre del veterano lanzador de Grandes Ligas; Bartolo Colón.
El sepelio de esta dama de 63 años de edad se produjo bajo una gran manifestación de duelo en medio de calor humano de centenares de personalidades y autoridades que acudieron a darle el último adiós a la progenitora del ganador del premio Cy Young de la Lima Americana en el 2005, que falleció ayer en la Clínica Corominas tras luchar contra un cáncer que en los últimos días se agravó.
El cadáver de la señora Morales Cruz fue expuesto ayer en la capilla B de la Funeraria Blandino en Santiago siendo trasladado luego a su comunidad natal El Copey de Altamira donde muchas personas acudieron a darle las condolencias a Bartolo Colón el cual visiblemente acongojado le colocó una flor blanca al cuerpo sin vida de su madre, mientras le expresó a los periodistas que cubrían el sepelio “no me sale nada” en franca alusión al indescriptible momento de dolor que experimenta con su familia por esta pérdida.
Colón, serpentinero de las Grandes Ligas con los Mets de Nueva York, llegó al país al caer la tarde de ayer para participar en las honras fúnebres de su madre y luego de verla en el ataúd, tras ser expuesta alrededor de las nueve de la noche, se acercó calmado a su cuerpo para acariciarla y colocarle una flor blanca en las manos, luego salió al lobby de la capilla donde llegaron familiares y amigos del pelotero y la familia para unirse a su dolor que le embarga en estos momentos.
El pitcher derecho quien en el país milita con las Águilas Cibaeñas, llegó ayer al país procedente desde New York en vuelo privado para estar con su madre, a quien tuvo la oportunidad de ver antes de que se produjera su deceso ya que recientemente se convirtió en apenas el tercer dominicano en alcanzar 200 triunfos en Grandes Ligas, detrás de Juan Marichal 243 y Pedro Martínez 219, fue puesto en la lista de duelo del equipo, lo que significa que deberá estar de regreso a la acción entre tres a siete días.