Cuando venga el mar…

Ultima Actualización: miércoles, 24 de junio de 2015. Por: Maria Gónzalez

Se cree entonces que preservar o rescatar el liderazgo que se ha perdido, significa imponerse sobre los demás, sin observar el derecho de cada uno.

Nuestro país se debate en una lucha de intereses sectorialestan fuerte, que parece que nos encaminamos hacia una irremisible disolución,porque nadie quiere dar su brazo a torcer, nadie le reconoce razón a otro; ymucho menos si se contradicen las posiciones, propuestas o ambiciones quesostenemos.

Tal parece que llegamos al periodo de predominio de laintransigencia sobre la concertación, la irracionalidad sobre lo racional, loilógico sobre la lógica de las cosas, porque si no es nuestra propuesta,nuestra manera de ver el mundo, lo que se imponga; entonces que entre el mar ynos barra a todos.

Muchos dirigentes políticos que exhibieron fuertes dotes deliderazgo, hoy se le ha visto desgastarse en medio de una vorágine de accionescuestionables que los ha convertido en pequeños enanos sociales, que asidos desu orgullo y de su terquedad dirigencial insisten en imponerse sobre los demás,aun bajo el riesgo de ser barridos por la escoba de la historia, que los azotaen sus inexorables vaivenes.

Se cree entonces que preservar o rescatar el liderazgo quese ha perdido, significa imponerse sobre los demás, sin observar el derecho decada uno; se erigen en caciques incuestionables; quienes se acomodaron a lasblanduras del solio y a los halagos del poder, sea la posición que sea la queeste le haya deparado.

Ya llegada la hora de la inevitable rendición de cuentas,cuando de alguna manera el poder de nuestro soberano pueblo ha de manifestarseen su expresión más simple, que es  elvoto, con el cual se les pedirá cuenta a muchos, aun hay quienes persisten enpresentarse como opciones salvadoras, aun sabiendo que comienza a levantarse eldedo acusador que los señala como indignos de ser favorecidos con un nuevo votode confianza.

Tanto insistir en que es mejor dejar que entre el mar, si nose escogen nuestras particulares aspiraciones, nos podría poner en ladisyuntiva de no saber cuánto vamos a perder, ni qué hacer,  cuando venga el mar…