La Democracia dominicana: Logros, Retos y Desafíos

Ultima Actualización: jueves, 17 de septiembre de 2015. Por: Juan Yamil Musa

Al pueblo dominicano, la llegada de la democracia le costó.

El germen del sistema democrático de República Dominicanatiene sus orígenes en el derrocamiento de la tiranía trujillista en 1961 y laposterior celebración de las primeras elecciones libres realizadas en el año1962. En aquel entonces, nuestro país vivía bajo un régimen opresivo que pormás de treinta años coartó las libertades públicas de nuestros ciudadanos. Sibien en términos formales poseíamos las herramientas básicas para vivir endemocracia, los hechos eran otros. Valores como la libertad de expresión, elderecho a la libre asociación, la participación en partidos políticos, elderecho al libre comercio, entre otros, eran principios vulnerados alegrementepor el tirano y sus allegados. Tanto así, que el Derecho a la Vida, principalvalor fundamental que ha regido en las principales constituciones a nivelmundial, era constantemente violado por el sistema opresor, sin consecuenciaslegales algunas.

Al pueblo dominicano, la llegada de la democracia le costó.El 20 de diciembre de 1962 fueron celebradas las primeras participacioneselectorales de diferentes partidos políticos, donde el Partido RevolucionarioDominicano (PRD), encabezado por Juan Bosch, consiguió la primera victoria enlas urnas, para luego instaurarse en el primer gobierno democrático el 27 defebrero de 1963. Bosch, con profundos valores civiles y políticos, intentódurante los 7 meses que duró su gobierno, restablecer, a la vez que ampliar,los derechos y deberes en los que el pueblo dominicano basaría su porvenir.Lastimosamente, fue derrocado en septiembre de dicho año, viéndose así abortadoel proceso democrático recién iniciado, por la confluencia de factores externose internos que doblegaron la voluntad popular. Un episodio que significó unprofundo daño para la restauración de nuestros valores como nación.

Desde 1963 hasta 1966, se sucedieron una serie de gobiernosocasionales que sirvieron para equilibrar la confluencia de fuerzas que optabanpor la vuelta a la constitucionalidad derribada con elPresidente Bosch y otros que lo evitaban. Parte del proceso democrático,entonces, no solo nacía de manera accidentada con el primer gobierno delprofesor Bosch y su posterior destitución inconstitucional, sino que además,surgía a través del derramamiento de sangre y la pérdida de vidas cuando en Juniode 1965, nuestro país estalló en una guerra cívico militar en contra de lainvasión norteamericana que buscaba evitar la vuelta de Juan Bosch a la casa degobierno.

Esta etapa de inestabilidad social, política y económica,que buscada instaurar la democracia como régimen político en nuestro país,concluye en 1966, dando paso así a una nueva fase. Desde 1966 hasta 1996,durante 30 años, República Dominicana comenzó a vivir el sistema democrático demanera limitada. Era posible la libertad de comercio, mas no la libertad deexpresión; era posible acudir cada cuatro años a elegir a nuestrosrepresentantes, pero varias de dichas elecciones estuvieron viciadas; losciudadanos empezaban a reclamar sus derechos civiles y políticos pero contraellos existieron represalias. Es decir, finalmente, al menos en términosformales, caminábamos por la senda democrática, mas su alcance no era nidefinitivo, ni real, ni concreto.

Desde 1996 (tras la crisis política de 1994) hasta nuestrosdías, la democracia empezó su proceso de maduración. En los últimos 19 años,podemos afirmar que hemos vivido la etapa de la consolidación del sistemademocrático en nuestro país. Desde finales del siglo pasado, hasta nuestrosdías, finalmente afianzamos una serie de derechos, tales como el derecho a lalibertad de expresión, a la libre asociación, al ejercicio político libre, alsindicalismo, a la equidad social, a la salud, a una vida digna, al ejerciciode las libertades públicas y al ejercicio de los derechos civiles y políticosde cada ciudadano, entre otros. La gran mayoría de principios, derechos,deberes y valores democráticos de occidente, empezaron ser una realidad apartir del año 1996.

Los logros de nuestra democracia nos ha costado transitar uncamino difícil durante los últimos cincuenta años. Una vez alcanzados losmismos, debemos fijarnos en cuáles son los retos y desafíos que tenemos en loadelante. Este proceso no debe interrumpirse. Por ello debemos identificarcuáles son nuestros retos y desafíos para afrontar de manera responsablenuestro futuro. De nuestros retos, los principales se centran en laredistribución de la riqueza y la consolidación de la institucionalidad. Estospilares de la democracia, de concretarse, veremos que la equidad social dejaráde ser una quimera. Es por ello que nuestros gobiernos han establecido centrarlas políticas públicas en el ciudadano, con el ánimo de alcanzar estasanheladas (y necesarias) metas. Es un camino a recorrerse sin prisa ni pausa,pero sí con constancia y responsabilidad.

De nuestros desafíos, indudablemente debemos garantizar losderechos y deberes de nuestros ciudadanos. Debemos velar, además, por la integracióny participación de nuestras minorías sociales, políticas y económicas, y es unimperativo impostergableluchar por la continuidad en las políticas que implementeel Estado. Sin una continuidad coherente de las políticas que son implementadaspor nuestro Estado, no avanzaremos.

Hoy, cincuenta años después, el mayor de los desafíos que sele presenta a la democracia, a fin de cuentas, es la correcta elección denuestros representantes. Son ellos los llamados a velar porque nuestrademocracia continúe madurando sana y fuerte. Son ellos quienes deben motorizarlos cambios que tanto necesitamos. Hoy, luego de estas etapas en las quenuestra democracia ha transitado, debemos ser celosos al momento de depositarnuestra confianza en líderes que deberán ser verdaderos representantes ycercanos hacedores de nuestros mejores intereses colectivos. Hoy, debemosiniciar un rumbo paralelo, que nos afiance en nuestros logros democráticos ynos permita arribar, definitivamente, en un Estado de Bienestar para todos losdominicanos, cuyo logro coronaría todo cuanto hemos recorrido. Todo loalcanzado hoy debe ser defendido.

Nuestro sistema será efectivo si sus habitantes gozan debienestar. Es nuestra mayor aspiración y el más profundo desafío de nuestrosdías. Así tendremos democracia verdadera.