NUESTRA CAPACIDAD DE DETERMINACIÓN -X

Ultima Actualización: jueves, 19 de mayo de 2016. Por: Angel Artiles Diaz

¿Dónde está la verdad y a qué equivale?

En el capitalismo de producción, la verdadno existe, y cuando parece existir, aparece asociada o dependiente del deseo,y  por depender del deseo, depende de lasubjetividad humana.

Es por esa razón que el compost mismo de lasociedad está en constante modificación, porque depende del deseo individual ocolectivizado y subjetivo, por demás; lo que sugiere una pregunta: ¿En torno aqué se organizan las sociedades en los tiempos modernos: En torno a un textoideológico, a una noción de razón,  a unanoción de ley, en torno a la nada emotiva y descabezada que arrastra multitudeshambreadas? 

¿Dónde está la verdad y a qué  equivale?

¿Estará dentro de un orden que ordena, oinscrita en una ley, o en algún lugar que es necesario descubrir y observar?

¿Estará en algunas  letras pequeñas del capitalismo deproducción, o en el texto que le antecede, en el texto teológico, en el que elorden se ordena a partir de una verdad revelada?

O ¿estará en el texto de la publicidad, eldedicado a la siembra de percepción  yque al final beneficia y corresponde plenamente al capitalismo de consumo?

La verdad no existe o está asociada osupeditada al deseo y, por tanto, a la subjetividad humana, que es blanco de lapublicidad del sistema, que fomenta la ignorancia, que crea deseos ynecesidades para que la producción de cosas cada vez menos duraderas: se venday se venda y se venda.

Producir no es problema, de manera general,la tecnología ha resuelto eso.  Elproblema de las grandes unidades productivas no es realizar su producción,es  garantizar su consumo. Por eso seimplanta en todo el planeta la plutocracia, nada de ideologías ni de cambiossociales, ni de cambios radicales, nada de valores, lo único que debe importares un Smart-phon y conectarse a la red. 

El valor del trabajo queda marginado en loslinderos de la obligación de hacerlo, para poder consumir el producto delcapitalismo de producción. El trabajo ya no es un valor es una necesidad. Hanvariado los modos en que se generan los agrupamientos, las pertenenciasgrupales y las identidades individuales y colectivas. Un ejemplo de ello estádado por la noción de clase social, que ya no la determina un ideal sino laconjugación arbitraria del verbo tener.

Y el delito aspiracional se impone a lafuerza identitaria que era la capacidad de acción colectiva que solía activarlas marginalidades. Ahora, el individuo pierde, demás en más, el control delsentido de su vida, que es dictado ahora por el sistema,

Nuestra capacidad de determinación seresume al vaivén  de los efectos mayoreso menores de las modificaciones que en lo social y lo cultural imponen los quedirigen el consumo de bienes y servicios, y controlan sus afectos con bateríasde mensajes a través de la enorme cantidad de medios de que disponen y seapropian a diario de los procesos decisionales.

La literatura política reciente, adolece deestudios sobre oposición, algunos dicen que se debe a lo poca que ha sido laactividad opositora. Dicen además que los políticos confunden oposición concontestación, y se la pasan contestando, sin tener a mano un programacientífico que sustente un programa político de acción. Mientras el sistema seocupa, metódicamente de desagrupar a los agrupados poniéndolos a enviar chats alos que están lejos ignorando los que están cerca.