El tollo electrónico

Ultima Actualización: jueves, 19 de mayo de 2016. Por: Artículo Invitado

“En numerosos recintos faltaron equipos, no llegaron los auxiliares técnicos, o tuvieron problemas de conectividad y funcionamiento las máquinas de control biométrico y de cómputo automatizado”.

Mientras el presidente de la JCE, Roberto Rosario, defiende con una obstinación muy próxima a la irracionalidad el invento del escrutinio electrónico, a tal punto que culpa de la muerte de seis personas el día de las votaciones a la lentitud del  conteo manual que le exigieron aplicar los partidos de oposición, el jefe de la misión de observadores de la OEA, el expresidente argentino Andrés Pastrana, se pregunta qué hubiera pasado si ese conteo no se hubiera aprobado. En su informe los observadores   señalan que la “principal fragilidad de la jornada” del pasado domingo estuvo en el uso de los equipos  técnicos, es decir en la famosa automatización a la que nos arrastró contra viento y marea  el presidente de la JCE. “En numerosos recintos faltaron equipos, no llegaron los auxiliares técnicos, o tuvieron problemas de conectividad y funcionamiento las máquinas de control biométrico  y de cómputo automatizado”. Sin embargo, fue    la buena capacitación de los miembros  de las mesas electorales y su familiarización con el conteo manual  –dice el informe–  lo que permitió que el proceso terminara sin contratiempos adicionales. Es por eso que   consideran necesario que la implementación de innovaciones tecnológicas en los procesos electorales se hagan de manera paulatina, que previamente se desarrollen  simulacros que permitan  identificar y corregir errores, lo que aquí no se pudo hacer por las prisas conque se puso en marcha un  escrutinio electrónico que resultó, precisamente por culpa de esa improvisación,  un auténtico tollo. Ojalá que las recomendaciones  de la misión encabezada por el expresidente Pastrana, un egresado de Harvard al que el doctor Rosario no puede  descalificar acusándolo  de querer retrotraernos  a la era de los palitos de nuestra prehistoria  electoral, nos sirvan de algo en el futuro, aunque solo sea para no repetir los errores e imprevisiones    que mantienen el proceso peligrosamente empantanado.