Esposos que viajaban en avión accidentado financiaban clínica para personas de escasos recursos y dirigían parque ecoturistico en Sosúa

Ultima Actualización: jueves, 20 de octubre de 2016. Por: ANTONIO HEREDIA

Dirigían en el municipio de Sosúa el parque ecoturístico y de aventura “Monkey Jungle” con el cual sostenían la clínica en donde se ofrece asistencia médica a cientos de personas.

PUERTO PLATA.- De acuerdo a la agencia de prensa internacional “The Associated Press”, la pareja estadounidense que viajaba en el pequeño avión que se accidentó en la playa Bergantín de Puerto Plata, financiaban una clínica que ofrece servicios médicos a personas de escasos recursos de República Dominicana y Haití.

Se precisó que Charles Adkins Ritzen y su esposa Candy Ritzen quienes son originarios de la ciudad de Nashville en el estado de Tennessee (Estados Unidos), dirigían en el municipio de Sosúa el parque ecoturístico y de aventura “Monkey Jungle” con el cual sostenían la clínica en donde se ofrece asistencia médica a cientos de personas.

Los esposos Charles y Candy Ritzen aún se encuentran desaparecidos tras accidentarse el avión donde viajaban en compañía del fotógrafo canadiense Benjamín Cole Brown, quien es originario de Hamilton, Ontario, pero que residía desde hacía varios años en Puerto Plata, donde realizaba labores de caridad a través de la fundación "Cambio Good".

El director de la Comisión Investigadora de Accidentes de Aviación (CIAA), Enmanuel Souffront, dijo a que de forma preliminar las autoridades suponen que en la aeronave donde viajaban los esposos Ritzen y el fotógrafo Cole Brown, fue impactada por un rayo durante una inesperada tormenta en las costas de Puerto Plata, lo cual hizo que la aeronave cayera al mar.

Explicó que la pareja Ritzen y Cole Brown habían viajado de Puerto Plata a Puerto Príncipe el lunes por la mañana en esa aeronave marca Lake Renegade LA-250, matrícula N724ST, pero cuando venían de regreso perdieron comunicación con la torre de control poco después de las 7:00 de la noche de ese mismo día exactamente cuando se encontraban a unos seis kilómetros del aeropuerto internacional general Gregorio Luperón que era su destino.

Hasta el momento no se ha tenido rastros de donde pudiera estar el fuselaje del avión accidentado y los cuerpos de sus ocupantes, mientras que miembros de la Fuerza Aérea de Republica Dominicana, lograron recuperar la mañana del martes algunas partes de los alerones, ropas y dos mochilas que se encontraban flotando en el mar.