Levanto la mirada para extenderla más allá de tus recuerdos.
Los sentimientos estacionarios fueron mermando, bajando el nivel, donde tengo la posibilidad de poder controlarlos con poco esfuerzo, donde tu rostro se desvanece de mi mente con la velocidad de cambiar el pensamiento, donde ya no tocas aquellas cuerdas sensibles de mi corazón.
Poco a poco he ido aligerando la carga de tu memoria para lanzarte a lo profundo del olvido, donde permanecerás el resto de mi existencia, inerte, inmóvil.
Ahora voy liviano por la vida, forjando futuro, abriendo puertas, marcando caminos.
Miro hacia atrás y no veo tu silueta, miro hacia delante y tampoco encuentro tus huellas, te haz desvanecido de forma tal que ya no tengo tu recuerdo.
Emigraste a un mundo paralelo donde ni siquiera el viento trae tu melodía hipnotizante de sirena, ya no posees la mirada petrificadora que me dejara inmóvil de deseos; donde tu aliento de fuego no quemará mis interioridades ni arderá mi corazón al abrazarte, ni tu jadeo agonizante extasiará mi sexo.
Al Marcharte me liberaste, y contigo partió el sufrimiento, sanaron las heridas y emergió la luz del nuevo día, las plantas florecieron y la vida ha tenido un nuevo color.
Sin ti la vida se ha tornado más ligera.-
Jaro.-