En nuestro país existe la creencia casi generalizada de que todo el que utiliza un medio de comunicación es periodista; y no hay nada más absurdo que esa aberración del uso de los medios de prensa.

De ahí que todos los que son impostores de esta noble profesión que tiene como objetivos esenciales informar, orientar y educar, se crean que son periodistas cuando en realidad deberían todos estar presos.

Nadie puede subir a un estrado y postular como abogado, como tampoco nadie puede ser médico o ingeniero sin haber estudiado su respectiva carrera.

En RD es todo lo contrario: todo aquel que no tiene nada qué hacer se mete a periodista; y vive de la manera más perversa que puede vivir un ser humano, usurpando, robando, una identidad profesional que es ajena.

Sin embargo, quienes tienen que velar por el cumplimiento de la ley nada hacen para evitar ese delito criminal de usurpar funciones.

El Colegio Dominicano de Periodistas  (CDP) no escapa a esa incomprensible actitud ante lo que debería ser su norma y su irrenunciable obligación de aunar esfuerzos y voluntades para "desgarrapatizar" esta profesión.

Gente que ni abrir la boca sabe, a menos que no sea para pedir; gente que escribir sabe menos, son las que denigran la comunicación social en el país.

En ese sentido,  el Comité Ejecutivo Nacional del CDP, del cual soy secretario general, ultima los detalles para la introducción al Congreso Nacional de un anteproyecto de ley que no sólo penalice el uso ilegal de los medios de comunicación, sino que regule el acceso a los mismos.

Sólo así, y no de otra manera, sacaremos de los medios de prensa a estas sabandijas que tanto les gusta decirnos "colegas" cuando en realidad deberían estar tras las rejas, ¡buenos bandidos, buenos sinvergüenzas!