Sobreviviente de la tragedia del Regina Express pide a las autoridades judiciales dar a conocer sentencia sobre dicho caso

Ultima Actualización: jueves, 02 de noviembre de 2017. Por: HUMBERTO FRANCISCO

El ciudadano Abel Álvarez Reynoso, sostuvo que ellos son 12 en total que pudieron quedar con vida de ese hecho que no tiene comparación.

PUERTO PLATA. – Uno de los sobrevivientes de la tragedia del barco Regina Express donde murieron 22 polizones dominicanos el día 6 de septiembre del 1980, demandó de las autoridades judiciales en Santo Domingo, que les hagan entrega de la sentencia sobre dicho caso ya que según alegó “la tienen secuestrada”

Al conversar con este redactor en su residencia del municipio de Luperón, el ciudadano Abel Álvarez Reynoso, sostuvo que ellos son 12 en total que pudieron quedar con vida de ese hecho que no tiene comparación en la historia del país, por lo cual aún espera la indemnización que hizo entrega la compañía propietaria de la embarcación.

Álvarez Reynoso reveló que la empresa cubana Babous, propietaria del barco carguero “Regina Express” de matrícula panameña, tras ser condenado por un tribunal internacional, supuestamente hizo un depósito en Euros, con el propósito de que se les hiciera entrega a los sobrevivientes a modo de indemnización lo cual nunca ocurrió.

Recordó que esa tragedia acontecida hace ya 37 años, conmocionó la República Dominicana luego de que fueron descubiertos los cuerpos asfixiados de veintidós jóvenes que pretendía viajar clandestinamente a Estados Unidos escondidos en la bodega del mencionado barco carguero panameño, por lo cual exigió a las autoridades judiciales cumplir con sus obligaciones.

La tragedia del Regina Express ocurrió cuando los marineros de dicho carguero, ante la inspección que estaban realizando las autoridades portuarias de Santo Domingo, quienes sospechaban de tráfico de indocumentados hacia Miami, en una acción criminal llenaron de agua el depósito de lastre, lo que provocó la muerte de los ocupantes de ese escondite.

Según la versión oficial, se estableció que los 32 hombres que viajaban en calidad de polizones tuvieron que pagar la suma de doscientos dólares cada uno para ser llevados clandestinamente a territorio norteamericano, donde pensaban que podrían trabajar y abrirse camino con más facilidad que en nuestro país.

Las crónicas periodísticas de ese momento, afirmaron que la inspección de las autoridades pasó inadvertida, ya que la entrada por donde habían sido introducidos los indocumentados fue cerrada herméticamente con tornillos.

El contrabando humano no fue descubierto hasta el momento en que las autoridades se disponían a bajar del barco a punto de zarpar, cuando de forma sorpresiva observaron cómo brotaba del depósito de la embarcación mucha agua manchada de sangre y espuma, lo que alertó a los inspectores y descubrieron el horror.