La verdad falseada

Ultima Actualización: miércoles, 31 de enero de 2018. Por: Jaro .

Cada vez nos hundimos más en un proceso evolutivo de ignorancia solo por el hecho de no investigar, de no revisar nuestros orígenes, de hacer caso a un concepto repetitivo.

Cada vez nos hundimos más en un proceso evolutivo de ignorancia solo por el hecho de no investigar, de no revisar nuestros orígenes, de hacer caso a un concepto repetitivo y mediático de aquellos que nos ofrecen un falso testimonio de nuestra identidad, llevando todo a un pobre pretexto escudado en conceptos políticos, sociales o económicos.

 

Nos imbuímos en un afán desmedido por hacer valer nuestros criterios. Somos capaces de tergiversar la verdad e imponer la mentira.

 

Buscamos afanosamente la fingida sensación de felicidad al soslayar al compañero haciéndolo quedar en ridículo solo para ocultar nuestras incapacidades y limitaciones.

 

Nos levantamos cada día y nos colocamos el traje de la vanidad, la hipocresía y la prepotencia. Vendemos la falsa imagen de la perfección, de una bonanza ficticia y una fe simulada en un donaire de ayudar a nadie y joder a todos.

 

Reflejamos un concepto de importancia al portar un smart phone que no sabemos manipular, una ropa adquirida sin poder, con una tarjeta que no podrás pagar y un maquillaje para ocultar las cicatrices que marca el tiempo.

 

Pobre de aquellos que llevan consigo la pesada carga de la falsedad en vez de desnudar la sinceridad. Se ocultan en las sombras de su propio pasado sin vivir el presente, sin mirar al futuro.

 

Al final solo queda un espacio vacío en el corazón y un cargo de conciencia por hacer lo indebido y tener que ocultarlo.