¿Fama o éxito?

Ultima Actualización: lunes, 30 de julio de 2018. Por: Edilberto Zapete

Se puede llegar a ser muy famoso, gozar de mucha simpatía, de un sin número de halagos y ovación constante, sin embargo puedes estar enfrentando el peor momento de tu vida.

Te pasas la vida afanado para ser reconocido, valorado, visto por los demás. Tu vida se ha convertido en un concurso de rivalidad donde solo importan los “LIKES”, los selfies en lugares exóticos, exhibiendo hasta lo que no tienes para causar impacto ante ese círculo social que tanto anhelas, solo con el sueño de ser aceptado y resaltado de entre los demás. ¿En serio?, nada tiene que ver la fama con ser exitoso, una puede ser consecuencia de la otra si desarrollas ciertas habilidades y disciplinas que te ayuden a ser una persona congruente con quien eres, no con quien quieres ser.

 

Se puede llegar a ser muy famoso, gozar de mucha simpatía, de un sin número de halagos y ovación constante, sin embargo puedes estar enfrentando el peor momento de tu vida, puede que te sientas vacío, solo, o lo que es peor, enfermo o superando una crisis matrimonial o atravesando un luto. La fama no enajena esas realidades, pero están ahí, presentes y latentes, en cada aplauso se encuentra una lágrima, una falta de aliento, o un recuerdo recurrente que te tortura con el paso de cada minuto. No importa el grado de fama en el que te encuentres, si eres un prestigioso conferencista, un político importante, un artista o escritor de renombre, si te falta integridad, o no dependes de tus éxitos alcanzados para estar donde estas, de seguro, cuando concluyes una jornada de trabajo en el área donde te encuentres, lo más probable es que te encierres en tu habitación de hotel a llorar o lamentarte por lo vacío, por lo solo que estás.  

 

 Según el Dramaturgo y Poeta Español, Fernando Arrabal, “La fama es un trozo de nada que el artista agarra al vuelo sin saber por qué”. Para el famoso y reconocido escritor británico, Robert Louis Stevenson, “Algo debe de haber hecho mal, sino no fuera tan famoso”. Si algo está claro aquí, es que obviamente la fama no justifica el éxito, estos escritores hacen alusión a la fama como algo adquirido bajo cualquier circunstancia muy divorciada a la disciplina y filosofía gradual de vida.

 

Una persona exitosa, tiende a desarrollar ciertos hábitos que lo hagan mejor ser humano en muchos aspectos de su vida. Profesional, familiar, social, económico, lo que posteriormente con consistencia, puede generar fama. El éxito, trae educación integral, la fama veneración descomunal, de hecho, para ser famoso no hay que hacer mucho. Si bien quieres que la gente te conozca, haz cosas vergonzosas, malos negocios, prostituye tus conocimientos, o lo que es más grave, vuélvete un bueno para nada. El éxito por el contrario, te re-direcciona hacia nuevos horizontes, te hace conocerte más a ti mismo y conocer gente que te sume, te da la oportunidad de valorar las cosas que verdaderamente valen en la vida. En cambio, una persona famosa solo se preocupa por como luce, las cosas materiales que hacen resaltar su personalidad sin importar a quien o quienes atropella en el camino, solo busca las fotos, salir en televisión, que hablen de él, que los saluden en la calle, pero, ¿de qué sirve si no eres feliz?   

 

Desde la aparición de las redes sociales, hay estadísticas que demuestran, que un 85% de los usuarios de plataformas en Facebook e Instagram mayormente, usan fotos falsas, introducen informaciones falsas de su personalidad y parte de las publicaciones que hacen no se corresponden a su realidad, de hecho nada tiene que ver lo que dicen ser con lo que son.

 

En conclusión, no hay nada de malo en querer tener fama, lo complicado es querer ser reconocido tomando atajos en la vida, sin tener la preparación suficiente para confrontar lo que la fama trae consigo. Preocúpate por ser exitoso en tus finanzas, en tus relaciones familiares, en tu matrimonio, procura actuar con prudencia ante cada acontecimiento especial en tu vida, sé una persona de bien y de seguro la fama no te sorprenderá desprevenido. Recuerda que una cosa viene de la mano de la otra, pero hay que ir atravesando etapas, las cosas que valen la pena toman tiempo. Y como dice El Escritor Norte Americano, Irving Stone, El hombre del día suele ser hombre de un día.

 

 


Edzapete@gmail.com