PUERTO PLATA.- Ayer se cumplieron 12 años de una tragedia donde perecieron 18 ciudadanos, luego de que el barco pesquero “Abracadabra” tras haber zarpado del muelle de Puerto Plata se hundió a 15 millas náuticas de las costas de Montecristi.
Dicha nave pesquera de 63 pies de eslora con 37 hombres a bordo, salió en horas de la tarde del 23 de abril del 2007 con destino al Banco de La Plata, pero debido a una falla de operacionalidad mecánica, la embarcación comenzó a coger agua y zozobró en aguas abiertas del océano Atlántico.
En esta tragedia marina, perdieron la vida 18 ciudadanos en su gran mayoría nativos de Puerto Plata, además de Barahona, Río San Juan, Cabrera, Nagua, Samaná y La Romana, entre los que se recuerda a Isidro Evangelista Del Rosario, hermano del periodista y abogado Gregorio Del Rosario.
El barco pesquero “Abracadabra” estaba capitaneado por Amancio Mirabal y su tripulación estaba compuesta por el mecánico Wendy Crisóstomo (mecánico), además de Ramón Pichardo López, José Miguel Paulino, Pedro Suero, Teófilo Rosario, José Tejada, Nelson Peralta, Wilson Frías, Miguel Díaz, Diógenes Peralta, Gabriel Castro, Germán Morel, Omar Gómez Cuevas y Neftalí Martínez.
Asimismo, José Bonilla, César Pérez, Juan Carlos Crisóstomo, Miguel Rosario, Wandy Matos, Ángel Reyes, Francisco Álvarez, Ramón García, Filomeno Vargas, Juan Sosa, Alejandro Martínez, Cecilio Mejía, Ramón Antonio Martínez, Alejandro Reyes, Junior Lara, Ángel García, Isidro Del Rosario, César García, Orlando Domínguez, Juan Parra, Arquímedes Vargas, Arcadio Rosario y José Luis Rojas.
Solo 23 de los 37 ocupantes del referido barco pesquero fueron rescatados con vida cerca de la isla Tortuga por una unidad de la Guardia Costera de Estados Unidos (Coast Guard) que entregó al grupo de socorridos a los oficiales del guardacostas Bellatrix (GC-106) de la Armada de República Dominicana.
En los operativos de búsqueda participaron tres helicópteros y un avión militar, aeronaves estadounidenses y dominicanas que estaban preparados con equipamiento médico ante la posibilidad de que los posibles supervivientes presentar cuadros clínicos de deshidratación avanzada.