El propio Presidente Fernández ha admitido que el gran fracaso, la gran tribulación de sus gestiones de gobierno ha sido la falta de solución del problema eléctrico, un drama de 50 años, que no termina de acabar, si vale, decirlo así.

Para muchos hace un año cuando el mandatario designó a Celso Marranzini al frente de la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales, no hacía más que “echarle una vaina”,  al reconocido empresario, el problema, para mi, es demasiado serio para echarse vainas, y no me parece que el Presidente que con mayor o menor suerte ha intentado corregir el problema, pudiera salir con la dominicanada de: “ah, po ven tú”. Un problema tan complejo no es para juegos y los que financian las soluciones, Banco Mundial, BID y demás yerbas, que tan poco han dado “pié con bola”, en hacer recomendaciones, lo permitirían.

La nueva apuesta de Marranzini es un cheque en blanco, un voto de confianza a una gestión que si bien está lejos de conjurar nuestra propia “Never Ending Story”, (Historia que nunca termina), no es menos cierto que ha logrado disminuir el déficit de caja de 1200 a 600 y pico de millones de dólares, es decir el monto de que tiene que subsidiar el Estado, y mantenerlo en esos niveles, aumentar en un 11 por ciento la energía servida y disminuir las pérdidas operativas.

Pero eso, esta claro, no es suficiente, hacía falta imprimir un criterio de gerencia más acorde con el proyecto general de recuperación del sector, en las empresas distribuidoras, donde los logros no han marchado al mismo ritmo, hasta el punto que la propia CDEEE reconoce un estancamiento, por lo que se recurre a los técnicos chilenos.

Que nadie olvide que ya antes hemos tenido técnicos chilenos, peruanos, españoles y no se de cuantas nacionalidades más, eso, por si solo, no garantiza nada, pero si es parte de una visión de conjunto en procura de garantizar una solución verdadera a las pérdidas operativas de las distribuidoras, para disminuir lo mas posible el millón de usuarios que no pagan el servicio y ha despolitizar ese sector, en hora buena.

Desde la llegada de Marranzini a CDEEE, se han producido no pocas acciones cuestionables, desde los asesores con sueldos millonarios, que al final cuestan menos que el paquete anterior de asesores, hasta las cancelaciones de no pocas personas serias, honorables y con una amplia hoja de servicio a la institución, un “chapeo bajito”, en el que también, se han ido, y es justo decirlo, algunos no tan buenos y otros francamente malos y muy malos de esas empresas, en un esfuerzo por reducir la burocracia parasitaria que no podía eliminar nadie que aspire a la presidencia de la República como el Ing. Segura.

Al final si para el 2012, como se ha dicho, se han reducido sustancialmente las horas de apagones, si ha logrado reducir las perdidas y aumentar las cobranzas habría valido la pena el  esfuerzo, luego de años de privatizar, volver a estatizar y finalmente buscar una gestión eficiente en manos de una persona del sector privado. Al fin y al cabo la actual gestión de gobierno tiene como modelos de gestiones estatales eficientes y transparentes las realizadas en Aduanas por Miguel Cocco y actualmente por Rafael Camilo y la realizada en DGII por Juan Hernández, lo que pone de manifiesto que sí se puede.

La propia CDEEE ha anunciado que hará una labor de monitoreo de la labor de los nuevos directores de las Edes, creo que es el país el que tiene que monitorear funciones de tanta importancia, porque al final nos afectan a todos.

El reto es ver si en dos años en vez de echarle una vaina a alguien, el país ha comenzado a salir de la vaina del problema eléctrico, de la falta de coraje para hacer pagar a sectores “pobres”, que pagan celulares, telecable y otros servicios, pero no así la energía eléctrica y a ricos que quieren financiar sus villas en La Romana, sus apartamentos en Miami o sus jets privados, con la energía que dejan de pagar, aunque el resto del país se fuña con J.

La apuesta por los chilenos, esperamos que sea una apuesta por la eficiencia y un paso definitivo a la solución del drama eterno de esta tierra. Si es así, todos nos beneficiaremos, si no, a Dios que reparta suerte.

Ojalá, quiera Dios, que en un tiempo razonable podamos brindar con vino como en Chile o con Ron como aquí, por el inicio del fin de una era, la mas larga, de oscuridad, subsidios y un río de millones de dólares que ha salido de las  costillas de todos para nada.

A los nuevos jefes de las Edes y al propio Marranzini, que creo que nunca aspiró a ser Papa, como a los Pontífices, hay que recordarles la famosa expresión, “Sic Transit Gloria Mundi”, porque si logran su objetivo su gloria será pasajera. La gente olvida rápido la solución a los problemas largos.

Podrían, eso si llevarse la satisfacción del deber cumplido en un sector en el que por años las soluciones han parecido imposibles, y que es vital para garantizar al país mejores niveles de competitividad y una razonable perspectiva de desarrollo. Esperemos.