DIÁLOGO SERENO

Ultima Actualización: sábado, 14 de noviembre de 2009. Por: Artículo Invitado

El nuevo Primer Ministro, Jean Max Bellerive, ha planteado algunas cosas de mucha sensatez que no debiera el gobierno dominicano pasar por alto. Haití nos importa. Y mucho.

Ha planteado en su discurso ante el Congreso haitiano al menos cuatro (4) puntos que merecen ser resaltados y que en buena medida han sido reclamos dominicanos desde siempre: 1) Reactivar la Comisión Mixta dominico-haitiana como instrumento de diálogo y solución institucional de los problemas comunes de las dos naciones. 2) Que la solución del problema migratorio haitiano hacia República Dominicana inicia, internamente, con la provisión de empleos a sus nacionales, que justifiquen su permanencia en Haití. 3) Restablecer la seguridad en todo el País. Y finalmente,  4) Proveer de documentos de identidad a cada ciudadano haitiano.


Pide el señor Bellerive, a su Congreso, la realización de un diálogo sereno sobre los problemas de fondo, que afectan las relaciones binacionales, en el marco de la Comisión Mixta Binacional, aún no constituida por el Presidente Preval.


Estas ideas del Primer Ministro necesitan concreción y cierta dosis de apuro ante la escalada de problemas que perturban las buenas relaciones. La creciente ola migratoria ilegal es insostenible, como insostenible es la situación de pobreza humana de la población vecina. Ambos gobiernos deberían propiciar el inicio, con urgencia, de los trabajos de la Comisión Mixta Binacional para reencausar las relaciones de los dos países bajo el paraguas del diálogo. Un diálogo “en serenidad” como ha sugerido Bellerive y que de seguro es el criterio, también, del Presidente Fernández.


El solo hecho de poner la mirada de los representantes del poder público haitiano en las carencias vitales de su sociedad, como el empleo, la seguridad interna y la identificación ciudadana tienen para los dominicanos un valor sustancial, estratégico, que tiene que ser destacado por la diplomacia dominicana por encima de la nube de humo, habitual, con que los políticos haitianos realizan sus actividades con aderezo antidominicano.


Una mejoría, en un  marco institucional, de las relaciones económicas, políticas, culturales y diplomáticas solo produciría beneficios a dos pueblos cercados por necesidades insatisfechas.
Vayamos al diálogo con serenidad y claridad de objetivos.