UN GRAN DESAFÍO

Ultima Actualización: viernes, 20 de noviembre de 2009. Por: Artículo Invitado

Ayer, Roberto Rodríguez Marchena, nos regaló una buena introducción al documento de la Estrategia Nacional de Desarrollo 2010-2030 propuesta por el gobierno a todo el país.

Tanto se ha batido el tema y tantos los diálogos encaminados a alcanzar un plan nacional de desarrollo, que motiva a reservas cada nueva propuesta. Pero que la iniciativa la tome el gobierno, mediante un documento formal, obliga a su consideración a todos los sectores de la vida dominicana.

 

Estamos convencidos de que solo uno o más pactos sociales sobre los temas capitales de la sociedad nacional producirán los resultados que el pueblo dominicano ha estado esperando por décadas. Su educación y salud de lamentos, su eterna crisis energética, la debilidad de su aparato productivo y el famélico empoderamiento ciudadano son una grave amenaza a la seguridad futura de la Nación.

 

La idea de un desarrollo al margen del crecimiento humano de la población es una de dos: quimera o demagogia despreciable. Una de las características distintivas de los modelos que hemos seguido hasta hoy es su iniquidad. Patrones económicos y sociales que a la vez que generan crecimiento profundizan la pobreza y la exclusión. Sectores en atuendo Chanel, Arden o Laurent, vecinos de harapos y desnudez. 

Peor aún, la convivencia del más hermoso refinamiento educativo con la ignorancia generalizada de amplios núcleos de nuestra sociedad. La dualidad económico-social que nos aqueja, ha colocado al país en posiciones del desarrollo humano que bien pudimos haber superado mucho antes, si las políticas públicas hubieran estado centradas en el interés del ciudadano y no en aquel de dirigentes o grupos privilegiados por los diferentes modelos de desarrollo que nos hemos gastado.

 

Todos los sectores nacionales deben afrontar el desafío planteado, en el entendido, por nuestro lado, de que la clase política tiene la más alta cuota de responsabilidad en el diseño y aplicación de una matriz básica que rompa la inercia que nos consume.

 

Una estrategia de desarrollo que no nos conduzca al cambio del presente status quo sería una estafa imperdonable. Revisemos el texto propuesto y vayamos, si es necesario, al pleito por el cambio.