APRENDIENDO

Ultima Actualización: martes, 07 de febrero de 2012. Por: Maria Gónzalez

Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir y no dormir sin soñar. Descansar, es empezar a morir. Gregorio Marañón

La  vida nos enseña que  cuando nos  atrevemos  a respetar lo que el otro cree, descubrimos que   el hombre es, su conducta, puede  ser Dios o  diablo, es su elección y con esa aceptación de la realidad;  dar  inicio a una  vía de recuperación para  revertir los embates de la vida, como sabia  manera  de amarse a si mismo y amar  la vida que nos ha tocado llevar.


La  forma más sencilla de recuperarse es cuando recibimos las experiencias de  la  vida como parte de un todo. La vida es  una maestra, que con sus altas y bajas nos  enseña el valor de la  grandeza de  decidir, aceptar, reconocer y enmendar  los errores cometidos.


Esos errores que en algunos llaman: Agregados síquicos, demonios rojos, defectos sicológicos o pecados como quieran llamarles,  casi siempre  vienen acompañados de seres humanos especiales, que aunque a veces no lo entendemos tienen el propósito de obligarnos a ser mejores personas y cumplir a cabalidad con lo encomendado por Dios.  Dios a  cada hombre que cree en su existencia le confiere una misión.


Es probable  que determinadas  personas en la vida tengan  la finalidad  de llevarnos al punto donde Dios quiere que estemos. Con esa afirmación  no desesperar ni por las calumnias, ni por las cosas  que consideremos injustas por que  casi siempre la voluntad de Dios nada tiene que  ver con lo que nosotros queremos hacer.


Aprender a vivir no es tarea fácil, es lidiar todos los días contigo mism@, es reconocer que fallas a quienes  te quieren, es reconocer que eres mortal, que te equivocaste, que a veces eliges mal, es reconocer que unos te querrán y otros te rechazarán, es reconocer que solo tú  y tú son responsables de tus actos, eres responsable de tus carencias  y de  tu alegría.


Aprender que Dios nos  ama, y que él  nos  sacará de la situación en que estemos en el plano espiritual, es la certeza de su  existencia. Descansar en Él ,conforta.