La suma de voluntades particulares alumbrará la preferencia de los dominicanos y dominicanas cuando ejerzan el poder que nuestra carta magna otorga al ciudadano común. El poder de decidir quien le gobernará por los próximos cuatro años, tal vez y como pocas veces obligue al presidente electo a valorar y programar políticas dirigidas a los distintos segmentos de la población respetando la diversidad de manera democrática, al margen de sus ideologías.
Frecuentemente los ciudadanos, piensan si valdrá la pena acudir a los distintos colegios a sufragar, por que al final gane quien gane no siempre se tienen garantías de respuestas institucionales que satisfagan las tantas carencias que tiene la Nación. A veces no quisiéramos ir a las urnas por que sentimos que no vale la pena, que no respetarán nuestras intenciones; pero más difícil fuera no tener la posibilidad de votar.
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