PARA EVITAR LA GORDURA, DORMIR BIEN
La falta de
ejercicio y el exceso de grasas y azúcares podrían no ser
los únicos factores que están contribuyendo a la epidemia de
obesidad infantil en el mundo.

Los niños en edad preescolar deben dormir entre 11 y 13
horas diarias.
Una nueva
investigación afirma que los niños que no duermen
suficientes horas también tienen más riesgo de volverse
obesos.
Este estudio apoya
la creciente evidencia científica que indica que el patrón
de sueño tiene un impacto en el peso de la gente.
"Varios trabajos ya
han demostrado, sobre todo en adultos, que el mal dormir
está bien vinculado al aumento de peso", dijo a BBC Ciencia
la doctora Rosa Labanca, médico nutricionista de la Sociedad
Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios.
Insuficiente
El estudio de la
Universidad de Michigan, publicado en la revista Pediatrics
analizó los patrones de sueño de 785 niños de 9 a 12 años
procedentes de 10 ciudades en Estados Unidos.
Descubrió que los
niños que dormían menos de nueve horas cada noche tenían más
riesgos de volverse obesos, independientemente de su raza,
sexo, clase social, o calidad del ambiente familiar.
Según los autores,
muchos niños no están teniendo suficientes horas de sueño.
Y esto, dicen, "no
sólo los está volviendo irritables, malhumorados sino
también los está poniendo en mayor riesgo de desarrollar
obesidad".
Los investigadores
tomaron en cuenta el IMC (Índice de Masa Corporal) original
de los niños, que es un cálculo basado en la altura y el
peso, y llevaron un registro de control según este dato.
Sin embargo, no
tomaron en cuenta el peso y los hábitos de los padres, lo
cual también puede tener un impacto en el niño.

Los niños pueden estar tratando de compensar con comida la
falta de sueño.
Los resultados
mostraron que entre los niños que dormían de 10 a 12 horas
cada noche desde los 8 años, un 12% se volvió obeso al
cumplir los 11 años.
Esto comparado con
22% de los niños que dormían menos de nueve horas cada
noche.
El estudio encontró
que los niños de 12 años con sobrepeso dormían menos horas
que los niños con un peso normal.
Y la mayoría de los
menores de 12 años con sobrepeso eran de sexo masculino.
Según la doctora
Rosa Labanca, estos resultados apoyan la evidencia de que el
sueño tiene un impacto directo en el peso de los adultos.
"En los adultos esto
se da con frecuencia" afirma la experta.
"Porque el mal
dormir está asociado a modificaciones de los
neurotransmisores cerebrales que intervienen en el estímulo
del apetito".
Riesgos
Pero no todo está perdido.
El mal dormir está
asociado a modificaciones de los neurotransmisores
cerebrales que intervienen en el estímulo del apetito 
Dra. Rosa Labanca,
Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios
El estudio reveló
que por cada hora adicional de sueño, un niño de 12 años
tenía 20% menos riesgo de ser obeso durante ese año.
Y por cada hora
adicional de sueño a los 8 años, los riesgos de obesidad
disminuían 40% cuando el niño cumplía 12 años.
Los científicos no
saben qué es lo que causa esta relación, pero se especula
que podría deberse a que un niño cansado tiene menos
probabilidades de jugar y estar activo.
"Podría ser que el
hecho de dormir menos horas genera un estado de estrés que
está vinculado también al aumento de peso y de la ingesta
alimentaria", afirma la doctora Labanca.
También podría ser
que, al estar cansados, los niños se vuelven más irritables
y podrían utilizar la comida para regular sus estados de
ánimo.
"Muchas veces se
intenta calmar el cansancio con la comida y la gente cree
que comiendo un hidrato de carbono va a mejorar ese estado
de cansancio".
"Y por lo general lo
que se come son carbohidratos y grasas que aumentan el peso
corporal", señala Rosa Labanca.
Los expertos
recomiendan que los niños en edad preescolar duerman entre
11 y 13 horas.
Los niños de escuela
primaria deben dormir entre 10 y 12 horas, los
preadolescentes, de 9 a 11 horas y los adolescentes 8 horas
y media.
Fuente: BBC Mundo