¡Cuidado con la
Piraña!
Los agujeros negros en los núcleos de las
galaxias jóvenes se comportan como pirañas,
alimentándose de la abundante materia que hay a su
alrededor. Luego, el alimento se acaba y las pirañas se
quedan allí, robustas y hambrientas... esperando.
Julio
27, 2007
Ciencia Nasa
En las profundidades
del corazón de la Vía Láctea se esconde un
extraordinario agujero negro. Los astrónomos lo llaman "supermasivo".
Este agujero se ha estado alimentando del material del
núcleo de nuestra galaxia desde hace tanto tiempo que ya
ha acumulado una masa superior a un millón de soles en
el interior de su barriga.
¿Cómo sabemos que está
allí? Un agujero negro no se puede ver. Se revela
cuando una estrella errante o una nube de gas se acerca
demasiado a él. La materia que cae al agujero es
desgarrada y supercalentada, emitiendo de ese modo
destellos de radiación de alta energía justo antes de
desaparecer sobre el horizonte de eventos. En ciertas
ocasiones, una gigantesca bocanada de rayos X emana del
núcleo de la Vía Láctea entonces los astrónomos anotan
que el agujero se ha alimentado una vez más.

Arriba:
La materia se arremolina hacia el interior de un agujero
negro supermasivo que aumenta de tamaño —concepto
artístico.
En la actualidad, estas
bocanadas raramente ocurren, pero entre los astrónomos
es sabido que el "monstruo escondido" en la Vía Láctea
solía ser más activo —espantosamente activo. Paul
Martini, de la Universidad Estatal de Ohio (Ohio State
University - OSU, en idioma inglés) explica: "Hace miles
de millones de años, cuando nuestra galaxia era joven
aún, había más 'comida' en el núcleo —mucho más gas y
estrellas para que consumiera el agujero negro". Martini
cree que pudo haber tenido lugar "un verdadero frenesí
por la alimentación", el cual encendió el centro de la
Vía Láctea como si fuese un faro que podía verse en la
mitad del Universo.
¿Esto podría ser verdad?
Para averiguarlo habría
que viajar al pasado —un truco, que aunque usted no lo
crea, los astrónomos son capaces de realizar. "Al mirar
las galaxias que se encuentran a miles de millones de
años luz de distancia, podemos verlas como eran hace
miles de millones de años", explica Martini. "Esto nos
puede dar pistas sobre cuál era el estado de la Vía
Láctea cuando era joven".
En consecuencia, en un
esfuerzo dirigido por Jason Eastman, un estudiante del
posgrado de astronomía de la OSU, Martini y sus colegas
utilizaron datos obtenidos con el Observatorio de Rayos
X Chandra, de la NASA, para examinar 12 cúmulos de
galaxias localizadas a distancias de 2,4 a 5,7 miles de
millones de años luz. Su objetivo: aprender cóm cambian
los núcleos de las galaxias a través del tiempo.
Lo que vieron hizo que
Eastman recordara el comportamiento de las "pirañas en
un acuario muy bien provisto de alimento". Las galaxias
más jóvenes tendían a ser muy activas; los agujeros
negros supermasivos en sus núcleos consumían materia
furiosamente, y producían grandes cantidades de rayos X
durante dicho proceso.
Las galaxias más antiguas,
por otro lado, estaban relativamente en calma; el
frenesí se estaba apaciguando. "No es que los agujeros
negros ya no tuvieran hambre", dice Eastman, "sólo que
se estaban quedando sin comida". La cantidad de galaxias
con núcleos activos (en rayos X) que hallaron en la
muestra de galaxias jóvenes analizada fue casi 20 veces
mayor que la que encontraron en la muestra de galaxias
antiguas.

Arriba:
Una imagen tomada por el Observatorio de Rayos X Chandra
que muestra uno de los cúmulos de galaxias que
utilizaron Eastman y sus colaboradores para llevar a
cabo el estudio.
"Se cree que la comida, o
combustible, para un agujero negro central, es
principalmente el gas interestelar", añade Martini. " Es
probable que, ocasionalmente, una estrella también sea
engullida, pero la mayoría de los investigadores están
de acuerdo en que las nubes de gas son la fuente
principal de combustible".
Por lo tanto, la idea es:
Cuando las galaxias son jóvenes, un agujero negro se
forma en su centro. ¿Por qué? "Porque ese es el fondo
del pozo de energía gravitacional de la galaxia",
contesta Martini. "El gas, las estrellas, incluso los
agujeros negros más pequeños, se ubican en el centro de
la galaxia a través del tiempo". Al principio, el gas es
abundante y el agujero negro se alimenta vorazmente,
anunciando su existencia en el cosmos por medio de rayos
X de alta energía. A medida que transcurre el tiempo, el
núcleo tiene menos gas y el proceso de alimentación se
va deteniendo. Para cuando la galaxia es tan antigua
como la Vía Láctea (10 mil millones de años o más), el
agujero negro central ha crecido hasta pesar millones de
masas solares, aunque sólo se alimenta ocasionalmente.
El pez está hambriento, pero el agua está prácticamente
vacía.
Advertencia para las
estrellas: ¡Cuidado con la piraña!