SI NO DUERME, SERÁ GRUÑÓN

El cerebro necesita dormir.
¿Cómo se siente
cuando duerme poco? ¿Cansado, emotivo, de mal humor,
reacciona de manera negativa?
Lo más probable es
que sea así, porque cuando una persona no duerme lo
suficiente, los centros emocionales del cerebro reaccionan
excesivamente a las experiencias negativas.
Esta es la
conclusión a la que llegó un estudio realizado en el
Laboratorio de Sueño y Neuroimagen en la Universidad de
California, Berkeley, EE.UU.
Sin embargo, lo
innovador de este estudio es que en él se proporcionan, a
través de escáneres, las pruebas del vínculo neural entre la
pérdida o privación del sueño y los trastornos
psiquiátricos.
"Está super
demostrado que la persona que duerme mal tiene un 40% más de
posibilidades de desarrollar ansiedad y depresión", aseguró
a BBC Mundo Eduardo Estibill, neurofisiólogo y director de
la unidad del sueño del Instituto Dexeus de Barcelona,
España.
Los insomnes, que
son aquellas personas que duermen menos de lo que necesitan,
explica Estibill, "una de las consecuencias clarísimas que
sufren durante el día es la irritabilidad, el mal humor,
pérdida de concentración, pérdida de memoria".
El experimento 

Es como se pensaba, sin sueño, el cerebro revierte a una
pauta más primitiva. 
Matthew Walker,
Universidad de California, Berkeley
Estos investigadores
distribuyeron, al azar, 26 personas sanas en dos grupos. Un
grupo pudo dormir, pero a los participantes del otro se los
mantuvo despiertos durante unas 35 horas.
Al día siguiente se
tomaron imágenes de resonancia magnética funcionales de los
cerebros de los sujetos.
Estas imágenes miden
la actividad de las diferentes áreas del cerebro sobre la
base del flujo sanguíneo mientras los participantes
observaban un centenar de imágenes.
Los centros
emocionales del cerebro tuvieron un 60% más de reacciones en
el grupo privado de sueño que en los participantes que
habían dormido normalmente.
Cerebro primitivo
"Es casi como si,
con la falta de sueño, el cerebro revirtiera a una pauta más
primitiva de actividad, con menos capacidad para colocar las
experiencias emocionales dentro de un contexto y de producir
las respuestas apropiadas", aseguró Matthew Walker, jefe de
la investigación. 
Está super
demostrado que la persona que duerme mal, tiene un 40% más
de posibilidades de desarrollar ansiedad y depresión. 
"El sueño parece restaurar nuestros circuitos emocionales en
el cerebro, y al hacerlo nos prepara para los retos del día
siguiente y las interacciones sociales", añadió Walker.
Walker indicó que la
privación del sueño fractura los mecanismos que regulan
aspectos clave de nuestra salud mental.
"El punto básico es
que el sueño no es un lujo que podemos elegir cuando nos
gusta. Es una necesidad biológica y sin él hay un límite
hasta dónde puede estirarse la cuerda antes de que se rompa,
con consecuencias cognitivas y emocionales", puntualizó
Matthew Walker.
El neurofisiólogo
Eduardo Estibill le dijo a BBC Mundo que lo recomendable es
que los adultos duerman entre siete y ocho horas y hagan una
pequeña siesta de 10 a 15 minutos durante el día.
Fuente: BBC Digital