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PAPILLA PARA BEBÉS ES  “ANTINATURAL”
 

20 de junio del 2007 

La tradición dicta que los bebés, después de amamantar, deben alimentarse con papillas o purés.


Otros expertos afirman que la edad ideal para introducir sólidos es a los 10 meses.

Ahora, sin embargo, esta costumbre no parece ser tan buena idea.

Según una experta nutricionista, alimentar a los bebés con este tipo de alimentos es antinatural e innecesario.

Gill Rapley, subdirectora de la Iniciativa para los Bebés de UNICEF, Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en el Reino Unido, afirma que este tipo de alimentos podría causar problemas de salud en el niño más adelante en la vida.

Según la experta, los niños deben ser alimentados con leche materna (de preferencia) o fórmula, durante seis meses.

Inmediatamente después se les deben introducir alimentos sólidos para mejorar el control de la cantidad de alimentos que deben ingerir.

Esto, dice Rapley, evitará que los bebés se vuelvan "delicados" ante la comida.

Otros expertos, sin embargo, afirman que la introducción de sólidos debe ser más gradual.

"Un alimento sólido incorporado después de la leche materna puede traer alguna dificultad, como una aspiración o broncoaspiración", dijo a BBC Ciencia Jessica Lorenzo, experta en nutrición de la Universidad de Buenos Aires y autora del libro "Nutrición Pediátrica".

"Pero es importante acostumbrar al bebé a nuevas consistencias antes del décimo mes, para evitar problemas, como constipación, más tarde en la vida" afirma.

Masticación

Los expertos están de acuerdo en que durante los primeros seis meses de nacidos los bebés deben alimentarse únicamente con leche.

Desde 2002 la Organización Mundial de la Salud ha apoyado las investigaciones que afirman que la leche materna (o la fórmula cuando no se puede tomar la otra) pueden satisfacer todas las necesidades nutricionales que el bebé necesita durante sus primeros seis meses.

Los purés pueden ocasionar problemas de nutrición más tarde en la vida.

Esas mismas investigaciones afirman que alimentar al bebé con cualquier otro alimento durante esos primeros seis meses podría diluir el valor nutricional de la leche.

Se piensa, sin embargo que a los seis meses, los bebés todavía no son capaces de poner alimento a su boca y masticarlo.

El hecho, dicen los expertos, es que sí pueden hacerlo y por lo tanto, alimentarlos con purés podría retrasar el desarrollo de su capacidad de masticación.

Según Gill Rapley, los bebés a quienes se alimenta con purés tienen poco control en la cantidad de alimento que ingieren.

Y esto, agrega, los hace vulnerables al estreñimiento y puede aumentar los riesgos de que se vuelvan "quisquillosos" con los alimentos posteriormente.

Es por eso, afirma la experta, que se les debe dar leche y trozos de alimento sólido que sean capaces de masticar.

Pero tal como señala Jessica Lorenzo, "si bien los movimientos masticatorios empiezan a partir del sexto mes, no existe la capacidad de movimientos rotatorios de la mandíbula".

Es por eso -afirma- que los sólidos deben introducirse gradualmente en "la ventana crítica" que existe hasta el décimo mes.

"Si se hace una incorporación tardía -después del 10º mes- entonces sí puede traer esos problemas como constipación o la incapacidad para masticar".

Industria

Lo cierto, dicen los expertos, es que todos los bebés son diferentes y mientras unos puedan ser capaces de masticar a los seis meses, otros quizás no han obtenido las habilidades motoras necesarias para hacerlo.

Esto, dicen, podría ocasionar que el bebé arroje el alimento de su boca.

Todos estos purés, colados, picados, y papillas que han aparecido en el mercado han hecho que las madres se hayan volcado más a ellos.

"Existe el llamado reflejo de protusión de la lengua que es la tendencia que tiene el chico a sacar la lengua ante cualquier cosa que se exponga en la boca", dice Jessica Lorenzo.

Éste es el movimiento que el bebé hace para amamantarse, por lo que todo lo sólido que reciba en la boca lo va a escupir.

"Por eso es importante hacerlo de manera gradual e ir incorporando lo que llamamos semiblandos o semisólidos", señala.

Ambas expertas responsabilizan a la industria de alimentos por convencer a los padres de que deben dar a sus bebés alimentos en puré.

"Todos estos purés, colados, picados, y papillas que han aparecido en el mercado han hecho que las madres se hayan volcado más a ellos", dice Jessica Lorenzo.

"Pero también está la cuestión práctica, porque el estilo de vida de las madres no les da tiempo ya de alimentar a los niños y son terceras personas los que alimentan a los bebés por primera vez", afirma.

Lo importante, señala la experta es saber que "no debe haber un esquema rígido para la alimentación complementaria".

"La evolución y la rapidez con la que uno modifica la alimentación de un bebé la marca el niño y la familia".

"Pero el décimo mes debe ser el punto de partida crucial para que al año pueda estar incorporado a la mesa familiar y en condiciones de comer lo mismo que un adulto", concluye Jessica Lorenzo.

Fuente:  BBC Mundo

 
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