COINCIDENCIA
				TRAGEDIA COMUNIDAD TAMBORIL: “CRÓNICA DE UN DERRUMBE 
				ANUNCIADO”
				
				 Por: 
				Vicente Silverio
				
				Jueves 12 de Febrero de 2009     
				TAMBORIL, Santiago:-La comunidad de 
				“Carlos Díaz”, del municipio de Tamboril, Santiago, constituye 
				el punto de confluencia donde se unen las placas tectónicas del 
				Caribe y Norte América. 
				En esta localidad hace decenas de años que 
				se registra una permanente actividad sísmica, los terrenos de la 
				zona son inseguros y pocos hábiles para grandes asentamientos 
				poblacionales, edificios de gran altura y viviendas de diversos 
				tipos. 
				Esta realidad obligó a las autoridades a 
				prohibir la edificación de viviendas en una amplia franja de 
				terrenos, llegando incluso a delimitar mediante un sistema de 
				información gráfica todas las áreas que bordean los puntos de 
				confluencia de las fallas geológicas, a las cuales se les 
				atribuye los nuevos deslizamientos de tierra, los que fueron 
				precipitados por la saturación de los suelos por el temporal 
				lluvioso que ha  persistido en las regiones Cibao-Norte en las 
				ultimas dos semanas. 
				De esa  realidad, se desprende la 
				incertidumbre y la zozobra que padecen actualmente más de un 
				centenar de familias residentes en la comunidad de “Carlos 
				Díaz”, que amanecieron de la “noche a la mañana”, con sus 
				viviendas destruidas por los deslizamientos y con las perdidas 
				de sus ajuares. 
				Moradores del lugar relataron que a eso de 
				la media noche de este martes último, cuando la mayoría de los 
				lugareños se mantenían en vigilia por los prolongados aguaceros 
				y la crecida de los ríos y cañadas, sintieron que la  tierra 
				comenzó a emitir  “zumbidos extraños, lo que obligó a muchos de 
				ellos a salir “despavoridos” de sus hogares. 
				Dos horas más tarde, afirmaron, se produjo 
				un estruendoso estallido que rompió todo y de inmediato se 
				desplomó un templo religioso, un liceo y una escuela, mientras 
				 decenas de casas quedaron sepultadas entre lodo y el agua 
				sucia. Esta situación, además, provocó un estado de terror entre 
				los habitantes de la comunidad que creyeron que la tierra se 
				estaba hundiendo.  
				  
				
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