SICARIOS 
				AGENTES A MERCED DEL NARCOTRÁFICO 
				
				 
				Lunes 19 de Marzo de 2009
				La influencia del 
				narcotráfico en Puerto Plata llegó a un punto tal que los 
				oficiales de la dotación policial de esa provincia recibían 
				órdenes de los jefes del sicariato, en el sentido de “quitar del 
				medio” a determinadas personas. 
				Los narcotraficantes 
				pagaban un “peaje” semanal a agentes policiales, incluidos 
				oficiales y subalternos, a los fines de tener campo libre para 
				dedicarse al ilícito comercio de las drogas. 
				Un informe confidencial 
				que preparó la comisión investigadora de la Policía Nacional 
				sobre la situación del narcotráfico en Puerto Plata revela que 
				varios oficiales de la dotación local establecieron relaciones 
				personales con reconocidos narcotraficantes, de quienes recibían 
				regalos y órdenes. 
				“Se ha podido determinar 
				que miembros de la Policía y de la Dirección Nacional de Control 
				de Drogas de servicio en la Dirección Regional Norte se 
				olvidaron del sagrado cumplimiento de sus deberes para 
				constituirse en una asociación de malhechores y cómplices al 
				servicio de reconocidos narcotraficantes que operan en toda la 
				región Norte”, resalta en sus conclusiones el informe, de fecha 
				10 de marzo de 2009. 
				Entre esos 
				narcotraficantes se menciona a Franklin Hidalgo Batista, 
				conocido como Franklin El Gallero, jefe de la banda La 42, quien 
				tenía policías y fiscales a su servicio, a los que les ordenaba 
				el arresto o liberación de sus rivales en el narcotráfico. 
				Además, la comisión 
				investigadora detalla la relación de agentes policiales con 
				otros grupos liderados por Ángel Rafael Almánzar Fernández (La 
				Ciencia), y otros narcotraficantes conocidos por los motes de 
				Santos y Miguel. 
				Una conversación 
				telefónica grabada por el equipo de investigación revela la 
				relación de Hidalgo Batista con el teniente Pedro Julio Cabrera, 
				quien le confirma al primero que tiene orden de arresto contra 
				su rival Miguel Ozoria. 
				Además, en esa 
				conversación el teniente Cabrera le recuerda a Hidalgo Batista 
				que le debe “su cosita que tiene asignada los miércoles”, al 
				referirse al pago semanal que recibía por el funcionamiento de 
				la banda La 42. 
				Ese pago que recibía 
				semanalmente el teniente Cabrera se extendía también a otros 
				estamentos de la Policía en Puerto Plata. Así lo hizo constar en 
				sus declaraciones a la Policía Ángel Rafael Almánzar Fernández 
				(La Ciencia), considerado como uno de los principales 
				distribuidores de drogas de la región. 
				“Para obtener un punto 
				de distribución de drogas en Puerto Plata hay que pagar un 
				anticipo que consiste en solventar una cantidad de dinero a 
				miembros de la Policía Preventiva, Investigativa y Dirección 
				Nacional de Control de Drogas para que este punto adquiera el 
				derecho a iniciar sus operaciones”, declaró Almánzar Fernández. 
				El traficante explicó 
				que se le fijaba una cuota semanal a cada una de esas 
				instituciones, la cual aumentaba de acuerdo al incremento de las 
				ventas del punto. 
				“En el proceso de la 
				investigación se pudo determinar que la mayoría de los 
				narcotraficantes de la región pagaban su peaje, pero además 
				tenían la obligación de pagar un anticipo a los miembros de la 
				DNCD y PN, como derecho a abrir un nuevo punto de distribución 
				de drogas y al pago obligatorio de un semanal de RD$35,000 por 
				cada punto de distribución de drogas narcóticas para operar 
				permanentemente”, precisa el informe. 
				La comisión 
				investigadora de la PN que rindió el informe la integraron los 
				generales Ramón Francisco Rodríguez Sánchez, director central 
				antinarcóticos; Manuel E. Castro Castillo, director central de 
				Asuntos Internos de la PN; los coroneles Robert A. 
				Abreu Peña, inspector 
				general de la DNCD y Paul Cordero Montes de Oca, encargado de 
				Planificación de la Policía Preventiva, y Ramón A. Madera Arias, 
				procurador general adjunto. 
				 
				Conclusiones. En el informe, las autoridades solicitan el 
				arresto de Hidalgo Batista y su abogada Ursulina Díaz Martínez. 
				Además, la detención de 
				William Darine Peña Noesi (El Diablón), Félix Peña, Gumersindo 
				Alcántara Ramírez y el francés Assen Akrabou. 
				También, el retiro 
				forzoso de las filas de la Policía del coronel Frank Félix 
				Almonte, el primer teniente José Daniel Cepeda Rubio y otros 
				oficiales. 
				Papel de los fiscales en el caso
				Ministerio Público 
				indiferente 
				La participación de 
				miembros del Ministerio Público tampoco se descarta en el caso 
				de narcotráfico de la provincia Puerto Plata, debido a que ante 
				varias denuncias presentadas ante las autoridades, ese organismo 
				de justicia permaneció indiferente. 
				El informe confidencial 
				cita el desarrollo de las investigaciones en torno al caso de la 
				muerte de Julio César García Almonte y los hermanos José y Ruddy 
				Cabrera Peña, ocurrida el pasado 2 de enero, alegadamente por 
				problemas de drogas en un supuesto intercambio de disparos con 
				una patrulla policial. 
				Sobre ese hecho, el 
				traficante Ángel Rafael Almánzar Fernández (La Ciencia) declaró 
				a la PN que él había ofrecido detalles de la muerte de esas tres 
				personas al magistrado Domingo Belliard, pero que el miembro del 
				Ministerio Público no hizo nada, por temor a represalias por 
				parte de los capos. 
				“Me sentí indignado 
				cuando la Policía dijo que mató a esas personas en un 
				intercambio de disparos”, declaró Almánzar Fernández. 
				Según el informe, Almánzar Fernández explicó que la intención no 
				era matar a esas personas, sino que el día anterior del hecho 
				habían planificado apresar al fallecido Julio César García 
				Agramonte para quitarle un dinero. 
				Por otro lado, la 
				abogada Ursulina Díaz Martínez, quien ofrece sus servicios a 
				implicados en actividades de narcotráfico, informó a la Policía 
				que los fiscales de la región Norte dan facilidades a sus 
				clientes, por lo cual reciben un buen pago. 
				El informe confidencial 
				cita que Díaz Martínez señala el famoso caso del fallecido 
				fiscal Teódulo Ceballos Peñaló, de quien dijo que era protector 
				de los jefes de distribución de drogas de todo el municipio de 
				Sosúa. 
				Lucro a cambio de 
				otorgar facilidades a narcos  
				Miembros de la dotación 
				policial de Puerto Plata y de la Dirección Nacional de Control 
				de Drogas eran beneficiados con el cobro de un “peaje”. 
				Además, los narcos 
				pagaban incentivos para que los oficiales facilitaran protección 
				personal y para evitar las agresiones de sus rivales. 
				Otro compromiso de los 
				agentes era suministrar a los traficantes informaciones precisas 
				del día y hora de los operativos en los puntos de distribución 
				de drogas, según detalla el informe confidencial preparado por 
				la comisión investigadora de la Policía. 
				“Cambio de drogas 
				ocupadas, para que los resultados del laboratorio sean negativos 
				y ser indiferente ante los enfrentamientos a disparos, heridas y 
				muertes causados por las rivalidades”, especifica el informe 
				entre las bondades que otorgaban los miembros de la dotación 
				policial de Puerto Plata y de la DNCD a los narcos. 
				También, encubrimiento 
				de las operaciones, manipulación de las investigaciones 
				criminales donde los traficantes se veían involucrados y el 
				apresamiento irregular de vendedores de drogas rivales. 
				Uno que disfrutaba de 
				mayores privilegios era el narcotraficante Franklin Hidalgo 
				Batista, que era transportado de un lugar a otro custodiado por 
				los agentes. 
				Además, esos oficiales 
				garantizaban el paso de Hidalgo Batista por los puestos de 
				chequeo que realizaba la Policía en acciones preventivas, para 
				que transitara con libertad. 
				Asimismo, a los que 
				pagaban el “peaje” se les concedía el derecho de no figurar en 
				los expedientes policiales como prófugos. 
				El análisis indica que 
				parte del trato era la indiferencia de los oficiales. 
				Inicio de las 
				operaciones de las bandas por el control de los puntos de ventas 
				de drogas 
				Antecedentes de los enfrentamientos
				
				
				 
				Indagatorias de la Policía determinaron que los enfrentamientos 
				entre las bandas La 40 y La 42 se originan en el intento de sus 
				jefes por controlar los puntos de distribución de drogas en el 
				municipio de Sosúa y la calle 30 de Marzo, de Puerto Plata. 
				El informe explica que 
				el narcotraficante Franklin Hidalgo se inició en las actividades 
				ilícitas hace unos tres años en un punto que dirigía en 
				Montellano. Más tarde adquirió un punto en la calle 30 de Marzo. 
				Los conflictos empezaron 
				cuando llega a ese sector Julio César García (fallecido) y 
				recluta al mejor empleado de Hidalgo, Ángel Almánzar Fernández. 
				Resultados sobre muerte de tres personas.
				
				 
				 
				El pasado 2 de enero se produjeron las muertes de Julio César 
				García y los hermanos José y Ruddy Cabrera Peña, supuestamente 
				en un intercambio de disparos con la Policía. 
				Pero los resultados de 
				las investigaciones del Departamento Judicial de Puerto Plata 
				indican que las heridas de los occisos hacen presumir que no 
				fueron recibidas en un estado de confrontación. 
				“En el lugar de los 
				hechos no se encontró ningún rastro que permita suponer que hubo 
				un enfrentamiento a tiros. 
				Al contrario, las 
				evidencias recolectadas permiten suponer que “fue una ejecución 
				a sangre fría”, señala el informe. 
				Testimonios de fé y productividad
				Ministerio Público 
				denuncia indiferencia policial 
				 
				El informe confidencial de la Policía indica que el pasado 13 de 
				febrero la comisión investigadora sostuvo una reunión con 
				representantes del Ministerio Público de ese municipio, en la 
				que ellos manifestaron su preocupación porque percibían el 
				control que ejercía el narcotráfico en todo el estamento 
				policial de esa provincia y sus municipios, destacando con 
				especial énfasis el nombre de Franklin Domingo Hilario Batista. 
				“Todo esto ha generado 
				desconfianza entre los miembros del Ministerio Público de Puerto 
				Plata, quienes no sienten seguridad en trabajar junto a los 
				miembros de la Policía”, dice el informe. 
				Mala coordinación entre Policía y 
				Ministerio Público
				Félix Álvarez Rivera, 
				procurador general de la Corte de Apelación del Departamento 
				Judicial de Puerto Plata, remitió el oficio 0136/2009, de fecha 
				13 de marzo último al Procurador General, Radhamés Jiménez Peña, 
				en el que manifiesta que “el afán de protagonismo por parte de 
				la Policía daña los resultados de las investigaciones”. 
				
				Álvarez Rivera se refirió a 26 policías investigados por la 
				Jefatura por estar supuestamente en connivencia con el 
				narcotráfico en Puerto Plata. De esa cantidad, solo serán 
				sometidos a la justicia tres oficiales ligados a la muerte de 
				tres personas el 2 de enero.  
				
				Fuente:
				Felivia Mejía Santos. 
				
				www.elcaribecdn.com.do 
				  
				
					
						
				
					
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