Opinión

 

EL ALQUILER DEL DINERO

 

 
Roberto Rodríguez Marchena
Viernes 22 de Agosto
del 2008

Tomar prestado es alquilar dinero. La tasa de interés es el pago por el uso de un dinero (préstamo) que tendrá que devolverse íntegro o completo. La garantía (la casa, el carro, la cosecha) es el depósito. Desde el momento de recibir el dinero (firma del contrato de alquiler) y hasta que termina de pagar los alquileres convenidos y de devolver el dinero, esa garantía está hipotecada.

Si el alquiler sube, aumentan los gastos. Si con ese dinero alquilado -en cambio- se producen bienes, suben los costos de producción.

El negocio de los dueños del dinero (los bancos) es alquilar todo el dinero que puedan y ganar todo el dinero posible, pues ellos, a su vez, alquilan dinero a otros que se llaman depositantes, que llevan su dinero al banco para que se lo cuiden y, de paso, ganar. Alquilan, por ejemplo, a dos por ciento al depositante y realquilan a cuatro por ciento al solicitante, diferencia que permite cubrir los gastos operativos más las ganancias que son merecedores por su oficio. Porque son intermediarios entre unos y otros, a su negocio también se le llama intermediación financiera.

A decir verdad, los banqueros, aunque pueden tener mucho dinero, porque su oficio es útil, no son exactamente los dueños del dinero, sino administradores de un dinero ajeno, de una propiedad que no es suya. Por eso existen normas estatales –regidas aquí por la Superintendencia de Bancos- que los obligan a administrar con cuidado, prudencia y rentabilidad el dinero ajeno que se les ha confiado.

Lo ideal para el dueño de banco, administrador del dinero, es alquilar lo más barato posible al depositante (es lo que se llama tasa pasiva o precio de alquiler pasivo) y alquilar a mucho mejor precio al solicitante (tasa activa o precio de alquiler activo) de un préstamo que lo necesita para comprarse una casa, un vehículo o hacer un negocio (sembrar y cosechar, fabricar y vender, traer algo de fuera y venderlo aquí, entre muchas posibilidades que ofrecen las innumerables necesidades humanas).

Si el alquiler pasivo es bajo, los que tienen algo de dinero no se sienten estimulados de alquilárselo al banquero y prefieren gastarlo directamente o invertirlo. No ahorran. De igual modo, si el alquiler activo para préstamos está bajo, los que no tienen se sienten atraídos para tomar prestado para gastarlo en necesidades personales o para invertirlo en un negocio.

La decisión de que haya alquileres bajos o altos la toman los bancos centrales. Alquileres bajos para estimular el consumo y la inversión productiva. Alquileres altos para frenar el consumo, controlar crecidas de precios y bajar el ritmo de crecimiento de la economia. Por ejemplo, el Banco Central de la República Dominicana decidió que había que subir el alquiler del dinero (pasivo y activo) para corregir el excesivo gasto o inversión del gobierno (desguañangue electoral de las finanzas públicas, según Bernardo Vega) que hizo que hubiese “demasiado” dinero circulando. (El BCRD no tiene poder para obligar al gobierno a reducir drásticamente el gasto público que restaure la normalidad presupuestaria). Algo parecido ocurrió en el gobierno de Hipólito Mejía cuando ingresaron 1,100 millones de dólares de los bonos soberanos a la economía para ganar las elecciones del 2002, provocando inflación por encima de dos dígitos y devaluación del peso dominicano.

La decisión de subir los alquileres del dinero resulta buena para un gobierno que quiere seguir gastando y para aquel que le ha alquilado dinero al banco, y mala para el que necesita alquilar dinero para producir y hacer negocios o está hipotecado. Es decir, tiene efectos colaterales destructivos para todos los negocios, salvo dos.

Ayer, por ejemplo, el presidente Uribe de Colombia pidió al Banco Central de su país bajar el alquiler activo del dinero a menos de 10%. “Nos preocupa que mantener esas tasas de interés muy altas hacia adelante se constituya en un freno del consumo, en un freno de la creación de empleo, en un freno de la reducción de pobreza, y pueda producir un freno de oferta productiva, que puede, en un momento, contribuir a la inflación”, dijo.

En nuestro país, Lina García, presidenta de la Asociación de Industriales de la Región Norte –AIREN- “advirtió que el alto interés bancario amenaza con llevar a la quiebra al sector industrial del Cibao. La joven dirigente empresarial de Santiago dijo que al sector industrial le inquieta el alto interés que están cobrando los bancos, luego de la desmonetización que llevaron a cabo las autoridades monetarias del país en la banca nacional.”

El efecto que se buscaba subiendo el alquiler del dinero no ha impedido que siga la crecida de precios: la cifra oficial de inflación en los 7 primeros meses de 2008 pasa ya de 10% y seguirá subiendo hasta cerrar en diciembre en 15%, según estimados confiables. El peso se desliza “suave”; sube el desempleo, los ingresos familiares no aumentan, se contrae el crecimiento económico y algunos banqueros ya están preocupados.

El Presidente Fernández haría bien en imitar al Presidente Uribe.

Publicado con autorización expresa de los autores. www.perspectivaciudadana.com
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