Opinión

 

EL TIEMPO PASA

Por: Roberto Rodríguez-Marchena
Lunes 23 de Febrero de 2009

 

Envejecer no es lo peor, sino desperdiciar la oportunidad de vivir o aún, permitir que otros estropeen la ocasión, de eso, de vivir. Pienso en la cantidad de cosas útiles, reconfortantes y necesarias, dejadas de hacer o decididas, anunciadas y luego aplazadas sin fecha, por indiferencia, falta de gerencia o compromiso.

Es cierto, como dicen, todo pasa, pero a qué precio. Vidas destrozadas, desperdiciadas, sometidas de repente (desempleados, familias y negocios de clase media) o en toda su extensión (pobres e indigentes) a un calvario de sufrimientos y denegación de derechos. Y que el futuro no restaura. La vida, parte de ella, se les fue… para siempre.

Crece la impresión –aquí y en otras partes del mundo- que la situación económica y social, caracterizada por la destrucción de empleos, sequía crediticia, caída del consumo, quiebras de empresas, desplome de la producción industrial y agropecuaria e inseguridad ciudadana, va camino inevitable e irremediablemente a peor y, en algunos casos, al desastre (depresión, descontento social e ingobernabilidad).

La gente que no es tonta, se da cuenta que, en lugar de apresurarse a proteger a sus gobernados para evitarles mayores sufrimientos – lo que confirma que son otros sus tiempos y urgencias-, los gobiernos están más ocupados en reacomodar la escena del crimen económico y social neoliberal -“no hubo intención dañosa”, “ni culpas locales, mucho menos culpables”- para evitar verse obligados a cambiar sus políticas públicas y tener que garantizar derechos ciudadanos.

Razones hay para inquietarse, porque los sombríos pronósticos parten del supuesto de que los gobiernos no tendrán el coraje de tomar las decisiones valientes que esperan los ciudadanos. Porque de saber lo que hay que hacer, ya se les ha dicho, ellos lo saben y disponen de excelentes técnicos para aplicarlas. De modo que está en manos de los ciudadanos, en nuestro caso, recordarle al gobierno dominicano que esas soluciones existen, que no son complicadas, que lo peor puede evitarse y seguir insistiendo, llamando su atención y animándolo a actuar enseguida, con urgencia.

Por ejemplo, hace quince días, el diario Hoy, la periodista Aleida Plasencia, publicó las conclusiones de un estudio, realizado por la Junta Agroempresarial Dominicana dos meses atrás, sobre la demanda insatisfecha en Estados Unidos de productos agrícolas dominicanos.

¿Qué reveló el estudio? En supermercados y bodegas faltan lechosas, plátanos, limones agrios, aguacates, toronjas, ñames, berenjenas, batatas, piñas, naranjas agrias, ajíes –morrones y cubanelas. También casabe, café, pasta de tomate, jugos, quesos, sazones, vinagre, guandules y habichuelas enlatadas. La yuca, la menciono aparte, porque la variedad valencia, bien empaquetada, encerada, podría adueñarse del mercado relegando a la costarricense que desplazó a la dominicana.

El potencial de exportación a Estados Unidos por demanda insatisfecha es de 732 contenedores anuales de productos primarios de la agricultura dominicana y 360 contenedores anuales de productos procesados, según el estudio de la JAD.

Supongo que los señores de la secretaría de Hacienda, CEI-RD, Agricultura y del Banco de Reservas leyeron la nota periodística (error de la JAD no publicar el estudio en su sitio web). Yo pregunto: ¿qué han hecho? ¿Llamaron por teléfono para solicitar el estudio completo? ¿Se reunieron ya con los productores de la JAD para saber qué hace falta para satisfacer esa demanda en Estados Unidos? Están las resoluciones de la Junta Monetaria relativas al encaje legal, los espacios pagados y ruedas de prensa del Banco Central, muy bien, pero ¿se sentaron a trabajar un plan con los productores?¿Cuándo arrancan, cuándo sale el primer furgón? ¿Con tanta tierra y tanta gente muriéndose de hambre en propiedades del CEA, cuántas tareas se han sembrado de yuca valencia, no las quinientas que aspiran los señores de la JAD, sino las que fueren necesarias? ¿Le informaron al Presidente de la República quien, según se ha dicho, hará anuncios trascendentales el 27 de febrero desde el Congreso?

Pero eso no es todo: Agricultura designó el 2009 Año de los invernaderos. Audaz proclama. Han pasado dos meses, ¿sabe ya cuántos invernaderos se van a financiar e instalar este año? ¿Cuántos tienen financiamiento aprobado? ¿El Banco de Reservas se ha acercado a productores para ofrecerles facilidades crediticias y estimularlos a instalar invernaderos? ¿Qué ha pasado con la compra del avión para exportar los vegetales? Tremendo absurdo que dinero haya para Tucanos y no para este avión, imprescindible para las agroexportaciones. ¿Cuándo terminan el Merca Santo Domingo?

Conversando hace unos años, en compañía de Carlos Segura Foster, con un israelí que ha instalado invernaderos a la entrada de San Juan de la Maguana –la empresa se llama Maguana Tropical- y exporta a la costa este de los Estados Unidos, decía éste que podía multiplicar por cinco, por diez, la exportación de tomates de racimo y ajíes cubanela y todavía no supliría la demanda.

Vuelvo y pregunto: ¿Qué espera el gobierno dominicano para actuar? Por favor, no me respondan que es dinero que hace falta.

 

Publicado con autorización expresa de los autores. www.perspectivaciudadana.com
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