Opinión

 

OBJETIVIDAD  PERIODÍSTICA EN RD: CEREBROS ALQUILADOS

Por: Sara Pérez
cleo264@yahoo.com


El Colegio Dominicano de Periodistas, (CDP),  en su seccional de Nueva York  y  a través de su presidenta, Mayra La Paz,  me ha invitado a dar una conferencia   durante  el primer banquete de gala de la organización, que se celebrará  12 de Abril. ¡Gulp! Sufro de pánico escénico y sólo espero que los colegas me tengan lista una botella de champán para antes de comenzar la exposición.

Me estoy probando trajes y zapatos y todavía no me decido entre llevar perlas u ónix,  pero ya tengo un par de ideas bastante definidas sobre el discurso a pronunciar y como el CDP me ha pedido un adelanto para su revista,  aprovecho y comparto con ustedes algunos de los puntos de la ponencia, a la vez que reanudo la columna, después de unas vacaciones largas, imprevistas y no del todo voluntarias.

El tema y título de la conferencia fueron aportados por el CDP y la parte mía consiste básicamente en reflexionar en voz alta sobre  los sobornos a los periodistas y centrada en la coyuntura actual, en la que el presidente Leonel Fernández  y su equipo, han llevado el asunto a niveles sin precedentes desde tiempos de Trujillo,  masacrando la institucionalidad y las precarias libertades tan costosamente conquistadas por el pueblo dominicano.

Uno de los agravantes del problema es que quienes lo critican desde los partidos tradicionales  en la "oposición",  dícese PRD y PRSC, cuando han estado al frente de la administración pública han incurrido en la misma  práctica y sin ningún género de dudas, la repetirán desde que tengan la menor oportunidad de hacerlo.

En todos los bandos de esos potiqueritos rebatiñeros de los bienes públicos, las mismas ejecutorias que  los escandalizan  cuando no encabezan el gobierno, se dan por buenas, válidas e irreparables cuando les toca corregirlas. El ejemplo del partido en el gobierno es tan bueno como puede serlo el PRD o el PRSC, aunque a este último hay que sacarle su comida aparte, como pionero en la promoción de las estructuras de corrupción vigentes en el gobierno dominicano,  consolidadas y formalizadas por Trujillo, que en condición de buitre, trataba al país como a un fiambre reventado, actitud  multiplicada a favor de sus adláteres por Balaguer, responsable del envilecimiento colectivo moderno en la sociedad dominicana mentor y guía tanto del oficialismo como de la "oposición".

La idea central de mi conferencia será que la corrupción periodística, que contribuye a reducir y eliminar la esencial función crítica que debía tener los periodistas y medios, es una política de Estado que no beneficia sólo a los gobernantes de turno, sino a la élite económica del sector privado, acostumbrada a servirse el país como si fuera una sopa.

Véanse el caso Baninter, el casi nulo análisis sobre la naturaleza  criminalmente excluyente de las políticas económicas, y la poca presencia en los medios, por deliberada intención  o silvestre ignorancia, de valores de promoción de derechos humanos civiles, económicos y políticos. De hecho, es común que el discurso de los medios conspire contra esos derechos, en uno de los cuales ellos dicen fundamentarse.

También, que la corrupción periodística no es un problema individual de algún reportero, "comunicador" o programerito que ande  joseando su sobrevivencia en la calle y que ni en sueños controla políticas informativas de ningún medio relevante.

Al respecto hay que subrayar que  aunque  las precariedades del periodismo no justifican la corrupción, sí forman parte del escenario donde se reproduce,  dominado por el desamparo del oficio, la implícita aceptación de los medios, (en los que, como en la pelota, se sabe quienes toman esteroides), la absoluta falta de sanciones al ejercicio profesional sin ética y sobre todo, por el incontrolado y ostensible poder corruptor del Estado y del sector privado, que funcionan en conjunto para esconder o manipular la información a que tiene derecho la ciudadanía.

Merecen capítulo aparte  espero dedicárselo  los  ejecutivos de medios y periodistas de alto consumo,  (esos que no son bocinas, sino disco light), que contribuyen a depredar al Estado dominicano  y a hacerlo crónicamente infuncional  con la misma desaprensión que las autoridades políticas y el sector privado. Suelen ser fácilmente reconocibles y entre ellos se incluyen todos y cada uno de los que andan enyipetados por el gobierno y con guardaespaldas proporcionados por éste.

Por ahí pienso desarrollar el tema, sin olvidar alguna nota sobre al optimismo del título proporcionado por el CDP para la conferencia.

No estaría de más preguntarse si lo que se arrienda de los periodistas es precisamente el cerebro, porque encima de todo, algunos periodistas y opinadores no pueden alquilar el cerebro, pues no lo tienen.

 
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