Opinión

 

OJALÁ!

 

Ramón Tejeda Read
Jueve
s 17 de Julio del 2008

Por más que truene el Presidente Fernández en los escenarios internacionales contra el capitalismo “de casino”,  “abusivo” y  “especulador” que se nos impone tales alegatos no serán más que eso: “tronadas aisladas”, como dicen los meteorólogos, en cielo nublado.

Las pontificaciones en la arena internacional son muy buenas para promover y construir o proyectar , si se quiere, la imagen de líder regional del jefe del Estado dominicano.

El problema está en que esas denuncias en el extranjero—que hasta podemos compartir por su certeza—no nos resuelven el problema nacional y probablemente ni siquiera nos lo alivian.

Hace ya varios años que el Presidente venezolano Hugo Chávez advirtió que el precio del barril de petróleo en el mercado internacional podía llegar hasta los 200 dólares y casi nadie le hizo caso. Incluso nosotros.

Dijo más el mandatario bolivariano en aquel entonces. Dijo tener los datos sobre la producción y el estado de las reservas de petróleo a nivel mundial y hasta advirtió a alguno que otro país sobre lo mal que estaba empleando el oro negro que ya se le agotaba.

En aquel momento, hace dos o tres años, el barril de petróleo no había cruzado la barrera de los 100 dólares y todo el mundo apostaba a una estabilización del precio por debajo de ese límite.

Tal fue el caso de la República Dominicana, al parecer.

Claro, reforma fiscal tras reforma fiscal (con remesas, turismo e inversión extranjera en aumento) los ingresos del Estado habían aumentado dramáticamente como para formular Presupuestos con cifras astronómicas de cientos de miles de millones de pesos (el actual es de unos 300 mil millones) que dan para la improvisación de todo tipo, para tener superavits y para vender la ilusión de que nadamos en papeletas y progreso y hasta para alimentar el boa insaciable de la corrupción.

Hoy todos quisiéramos que el Presidente Hugo Chávez se hubiera equivocado en sus vaticinios, pero lo cierto es que el petróleo se dirige hacia los 150 dólares el barril y el gobierno dominicano —que es el caso que nos atañe—sigue despotricando contra el “capitalismo de casino”, pero sin decirnos cuál es su plan para enfrentar la crisis.

Una crisis que no es sólo del precio del petróleo, sino que viene aparejada con baja o, en el mejor de los casos, estancamiento de las remesas y del turismo.

Los aumentos del precio del petróleo debidos a la debilidad del dólar estadounidense provocada por la política guerrerista de Bush y la explosión de la burbuja financiera en Estados Unidos, nos agarraron “asando batatas” y celebrando nuestro “crecimiento económico con baja inflación”, pero sin planes.

Ojalá que la próxima intervención del jefe del Estado nos saque de esa incertidumbre y nos deje conocer, si no el plan—que a veces es mucho pedir— por lo menos cuáles son las medidas concretas para hacer frente entre todos, y aunque sea de  manera tardía, a lo que ya tenemos encima.

Publicado con autorización expresa de los autores. www.perspectivaciudadana.com
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