Opinión

 

POLÍTICA, LUCIDEZ Y FIRMEZA

25 de enero de 2008

Mañana sábado recordaremos con cariño el nacimiento de Juan Pablo Duarte, líder, inspirador y organizador de nuestra Independencia.
 
Recordaremos su ejemplo de involucrarse en la política, no en los negocios, no en la independencia económica individual, no en la religión procurando la salvación individual, sino en animar a su prójimo a participar en la política, terreno en el que son sólo posibles las grandes transformaciones que proveen oportunidades económicas y espirituales colectivas; de hacerlo con responsabilidad y determinación construyendo un partido –La Trinitaria- capaz de resistir la penetración enemiga y de adoptar métodos de sensibilización y captación de adeptos tan innovadores entonces como el teatro.
 
Le recordaremos agradecidos por darnos a entender temprano que la independencia, la soberanía en las decisiones, era la condición primera, el punto de partida imprescindible, el trabucazo para lanzarse a procurar el bienestar de los dominicanos y dominicanas.
 
Recordaremos su entereza. Admiraremos su valor al preferir exilio y penurias personales antes que rendirse, antes que lanzar a la desvergüenza el ideal de bienestar dominicano.
 
Derrotado el anhelo libertario dominicano por la traición de aquellos llegados al poder gracias a la conjura trinitaria, su firmeza y entereza, sus valores y sacrificio personal y familiar no fueron inútiles: infundieron determinación en nuestros combatientes de la Guerra de la Restauración.

Sometidos aún al infortunio, veneramos a Duarte.

Imposible no tenerle presente, hoy, mañana y siempre.


 

Publicado con autorización expresa de los autores. www.perspectivaciudadana.com
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