Opinión
 

PREVENIR PARA NO TENER QUE LAMENTAR

Por: Ramón Tejeda Read
Jueves 02 de Abril de 2009

Las asambleas comunitarias, los encuentros de las autoridades con las comunidades son un recurso formidable para tratar los problemas de la ciudadanía y para construir y crear de manera colectiva una cultura de la democracia.

De manera que hay que ver con buenos ojos los encuentros con las comunidades iniciados por el presidente Fernández en San Pedro de Macorís y que, según se ha dicho, serán llevados a cabo en todo el país.

Sin embargo, es preciso recordar que las asambleas comunitarias, los cabildos abiertos, esos espacios de encuentro del gobierno (nacional o municipal) con ciudadanos y ciudadanas, deben ser un instrumento de trabajo permanente, no reuniones de ocasión o de coyuntura.

Esos encuentros entre autoridades y sociedad civil, además de un instrumento fundamental de gobierno, debían -y deben- ser el lugar en el que se evalúen, se validen se concreten y se enriquezcan las políticas públicas.

Es de lamentar que sea en medio de protestas o ante el temor a estallidos sociales a propósito de la crisis económica cuando se recurra a un recurso que debía ser prioritario en cualquier plan de gobierno.

Para construir la democracia necesaria -no la mesiánica que se nos impone hace siglos- y desatar procesos horizontales de gestión y participación, de cohesión social, de educación de la ciudadanía en asuntos cardinales de la gobernabilidad nacional y local o comunitaria; en los temas de la sanidad colectiva y del desarrollo económico nacional, regional o local es preciso construir de manera definitiva y permanente este mecanismo de gobierno.

Pero no para instrumentalizarlo con propósitos particulares, sino para crear y construir democracia en todos los sentidos.

Esa herramienta de trabajo colectivo y horizontal permitiría un acompañamiento permanente a las comunidades y un seguimiento constante de su agenda, la cual, de esa manera, tendría la presencia que le corresponde en los planes de los gobiernos nacional y municipal.

Ésa es la mejor forma -si no la única- de prevenir y enfrentar los problemas generados por la posposición de la agenda social y comunitaria y no tener que lamentar.

 

Publicado con autorización expresa de los autores. www.perspectivaciudadana.com
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