Opinión

 

SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESCONTENTO CIUDADANO
 

Hoy lunes, diarios digitales, noticieros y blogs en todo el mundo, incluyendo los dominicanos, recogen con abundantes datos y testimonios la creciente preocupación de los analistas económicos y políticos y la desesperación de los ciudadanos y ciudadanas con los altos precios de la comida.

Disturbios, escasez, conflictos, vienen ocurriendo en los últimos días en Haití, México, Argentina, Bolivia, Cuba y Venezuela. En Cuba, el gobierno ordenó con urgencia repartir tierras ociosas, elevar el precio de los productos agrícolas que compra el Estado, dar facilidades, sin importar, se ha dicho, que los agricultores se enriquezcan, con tal de que produzcan más y barato. En Venezuela, hay serios problemas de escasez que han elevado el descontento ciudadano con el gobierno de Chávez y obligado a éste a replantear el ritmo que llevaba y a ofrecer ayer una “alianza patriótica nacional con sectores productivos”. Igualmente ayer, el gobierno haitiano anunció que destinará 10 millones de dólares para aliviar el desempleo y el alto costo de la comida, después de que fueran saqueados varios comercios y la población se lanzara a las calles a protestar por el alto costo de la comida.

En República Dominicana no se ha llegado tan lejos, pero no es menor el enojo. Sólo hay que conversar con cajeras de supermercados y propietarios de colmados para tener una idea cabal y precisa de hasta donde llega la desesperación, la rabia y la humillación de muchísimos dominicanos y dominicanas por tener que pagar más caro lo que comen todos los días.

En todo el mundo las alzas en los precios de los alimentos se atribuyen a varios factores, entre ellos, malas cosechas, alza del petróleo, pérdida de valor del dólar, mayor consumo de chinos, hindúes y asiáticos en general, reducción de las exportaciones en países productores de alimentos para proteger el consumo de sus nacionales, la producción de biocombustibles, los subsidios de Estados Unidos y la Unión Europea a los biocombustibles y agricultores, los controles impuestos desde Bruselas que limitan la producción agrícola, láctea y pecuaria en la Unión Europea y a los especuladores de siempre que se han movido desde los negocios inmobiliario y financiero a especular con granos y petróleo en varios mercados.

Aquí, en República Dominicana, el Gobierno, por un lado -secretaría de Industria y Comercio- tuvo la audacia de provocar a la población al decir que no había tales alzas en los precios de los alimentos y que las mismas eran puras “especulaciones periodísticas” y por otro –Banco Central- al asegurar que eran insignificantes, de apenas 27 pesos con noventa centavos de enero a marzo por cada mil pesos gastados.

Parece ser que algo tan sencillo y necesario (para corregir) como admitir la realidad resulta impertinente y riesgoso en tiempos electorales. Cuando, como ya se ha visto, las razones fundamentales de las alzas en los precios de la comida poco tienen que ver con las políticas públicas del actual gobierno… pero, que le vamos a hacer, andan como guineas tuertas, ariscos…

Por fortuna falta poco más de un mes para las elecciones y si se reelige el actual presidente, podría esperarse que sea esto un punto y seguido y se ocupen de la producción y precio de los alimentos, porque es mucho, urgente y no es tan complicado –está escrito y requete hablado- lo que debe hacerse.

La Junta Agroempresarial Dominicana, las cooperativas de productores, las asociaciones campesinas, los ayuntamientos, tienen propuestas que podrían ayudar al gobierno a tomar las mejores decisiones.

 

Publicado con autorización expresa de los autores. www.perspectivaciudadana.com
Su comentario sobre esta opinión
Evite los insultos, palabras soeces, vulgaridades o groseras simplificaciones
Nombre:
Apellido:
Email:
País:
Ciudad:
Mensaje:

 

Más Opiniones