¨Servirse de lo del pueblo para servir al partido¨

Si observáramos con desapasionamiento el discurrir histórico de los gobiernos que la Republica Dominicana se ha gastado a partir de la decapitación  del régimen de Rafael Leonidas Trujillo Molina hasta la fecha, habría que concluir, lastimosamente,  que las cúpulas de los tres partidos tradicionales del país han obstaculizado el desarrollo de nuestra sociedad.  Vale decir,  los dirigentes del Partido Reformista Social Cristiano, que consumieron más de 22 años en el poder y que el propio Dr. Joaquín Balaguer, siendo Presidente,  tuvo el descaro y la falta de vergüenza  de decir al país que la corrupción se detenía en la puerta de su despacho, como si él no hubiera sido  el primer magistrado de la nación, como si el no hubiera jurado ante el Congreso Nacional cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes adjetivas del país, en fin,  como si se tratara de un extraño del poder publico.

 Pero más aun es este servidor de régimen trujillista  que expresa que la Constitución de la Republica es simplemente un pedazo de papel, dejando expresado con una claridad meridiana el profundo desprecio  que le profesaba a la voluntad del pueblo,  manifestada en este caso por medio de los legisladores en materia de representatividad del la voluntad del pueblo mismo.  La impunidad frente a los crímenes políticos no tuvo nada que envidiarle a lo de su colega Venezolano Juan Vicente Gómez,  férreo y sanguinario dictador latinoamericano. 

El Partido Revolucionario Dominicano, que abrió las puertas a los  presos políticos y una considerable cantidad de dominicanos que estaban en el exilio, por disentir del régimen del Dr. Balaguer  y quien se había autodenominado el partido de la esperanza nacional y hay que decirlo con justicia, que obtuvo la reforma más revolucionaria de la Constitución de la República, mediante una Asamblea Constituyente en el gobierno del 1963 del profesor Juan Bosch, degenera en un partido carente de democracia interna  y sobre todo cancerizado y taladrado poderosamente por la  maldita enfermedad de la apetencia sin freno de lo ajeno, de lo del pueblo, de la corrupción.  

Hay que recordar que el  Presidente SALVADOR JORGE BLANCO se desmontó del solio presidencial para la cárcel  y que el gobierno del ex Presidente Hipólito Mejía en los últimos dos años parecía como un caballo sin freno, hasta tal punto fue el descontrol, que el Presiente abordaba los temas fundamentales del país con una especie de chercha. ¡¡Cuánta irresponsabilidad en un solo gobierno!! 

Sobre el desempeño del PARTIDO DE LA LIBERACION DOMINICANA,  el profesor Juan Bosch y Gaviño, abandona las filas del Partido Revolucionario Dominicano y forma una organización política con nuevos criterios, pues de acuerdo a  este líder descomunal,  el  P.R.D, se había corrompido  tanto que hombres de sus ideales ya no cabían en su seno y fundó este nuevo partido fundamentado en unos principios que hasta el más enconado enemigo tenía que reconocerle mérito.  Recodemos que son los propios peledeistas quienes empiezan  ha dividir el país en dos: corruptos y peledeistas. Recordemos, asimismo,  que donde estos hombres y mujeres celebraban un mitin, inmediatamente todo quedaba totalmente limpio, calles y avenidas sin un solo papelito y sobre la honestidad,  recodemos que los tributarios desaparecieron del escenario en el primer gobierno del PDL.  

Había una especie de vigilancia oculta permanente entre los funcionarios de alta  y hasta los empleados de tercera categoría en el primer gobierno. Pero todo esa mística se esfumó en el tiempo, el  P.L.D. se abrió, paso de un partido de cuadros  a un partido masas, y le sucedió como cuando a un rió hondo le abren las compuertas, donde se juntaron mansos con cimarrones y se llevaron de paro el slogan de su fundador que rezaba:   “Servir al Partido para servir al pueblo¨ para convertirlo en ¨Servirse de lo del pueblo, para servir al Partido¨