LLEGO LA HORA

 

 

EL GRAFFITI PUBLICITARIO DEL DISCURSO PRESIDENCIAL 

 

En el  descenso en el gusto popular con  que vemos desgastarse este Gobierno, ya no sólo lo palpamos en la proliferación de propaganda reeleccionista en pancartas y spots televisivos, utilizando los trazos publicitarios del Graffiti, sino también en su discurso. 
Mirna Santos 

 Como ilustración, el Graffiti se le considera que es el uso de la habilidad y la imaginación para crear objetivos, entornos o experiencias que se pueden compartir con otras personas.  Y con estos objetivos está diseñado el discurso presidencial presentado por el Dr. Leonel Fernández en el Congreso Nacional el pasado 27 de Febrero. 

De ahí que para que podamos aclarar lo que fue el discurso presidencial y su homologación con el Graffiti  oral, primero tenemos que hacer un recorrido tangible de lo que ha sido el surgimiento del Graffiti como expresión pictórica y su decadencia.  Este se remonta a los años 60 cuando empezó en Nueva York, influido por la música hip –hop, donde los primeros artistas del Graffiti se dedicaban a firmar y  vivían en los suburbios. Por su expresión fuera de los trazos de la pintura clásica, coincide con el movimiento hippie y los primeros pasos de la inserción de la marihuana y la cocaína que desvirtuó la idiosincrasia, forma de vivir y de pensar de la juventud de ese momento.  Luego,  el Graffiti fue retomado para sustentar la música Rap.   

También el Graffiti se extendió a los slogans que se han popularizado con estas técnicas, como por ejemplo los Graffiti de los disturbios de Mayo de 1968 en París donde se establecía en sus trazos “la imaginación del Poder”.  Asì como nuestro Presidente lo enunció en su discurso.  De ahí que en esta nueva campaña por la reelección presidencial, se ha unido la parte discursiva del Graffiti presidencial con la expresión en carteles y en spots televisivos como una manera de ponderar con estos trazos su continuidad.   Porque las imágenes cumplen función informativa y el contenido del texto constituye en ocasión opiniones subjetivas que puedan contrastar con la realidad y eso es lo que importa a nuestro Presidente, el concepto es que la  realidad absoluta no existe y que por tanto la gente, el pueblo, sólo entiende los trazos hermosos de la palabra, de ofrecer mucho y cumplir nada, tal como encarna el surgimiento del graffiti como expresión degenerativa del arte.  

Pero para mejor ilustrar lo que es la oratoria graffitera de nuestro Presidente y la autorización de su uso para poder seguir alienando el ambiente político dominicano, voy a enunciarle una anécdota muy socorrida  de un barco argentino atacado por los ingleses en la Guerra de las Malvinas, donde éste es impactado por un misil inglés y comienza a hundirse;  tratando uno de los subalternos de convencer al Capitán de permitirle la evacuación de la tropa, negándose a autorizarlo con un llamado patriótico al sacrificio, hasta que por fín al reconocer la inminencia de este hundimiento, accede a autorizar para que toda la tropa pudiese proceder a abandonar el barco, quedándose él esperando hasta que el agua le daba por la barbilla y en su egolatría y falsa actitud patriotera grita en alta voz al mar: “¡quítate que te trago!”.  Con esta plasticidad graffitera de lo que tiende a crear la imaginación y el sadismo en la mentalidad de un ególatra, se puede descifrar las palabras enunciadas  por el Presidente Leonel Fernández en la Asamblea Nacional.  

Porque tenemos un Presidente, que al discursear en el  Congreso Nacional plasmó con espíritu graffitero, las bonanzas de un país que sólo la mitomanía de una personalidad que abjura de un comportamiento veraz, se atreve a enunciar.  Por eso tenemos una ciudad capital inundada de carteles graffiteros proliferando por todos los sitios urbanos señalando con trazos de cultura pictórica decadente, alienada y de clara absorción subjetiva de la imagen distorsionada de un líder, que sólo pensamos tiende a destacar lo que es la expresión de decadencia de un Presidente y del Gobierno del PLD.

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