LLEGO LA HORA
LAS DOS CARAS DE LA MONEDA: EL PRESIDENTE LEONEL FERNANDEZ, ENTRE LATIGAZOS A SU GOBIERNO Y LA ADULONERIA LOCAL“Aquel día, dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente; aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás”. Anónimo.Mirna SantosEn el sermón de las siete palabras, esbozado por sacerdotes que realizan su ejercicio eclesiástico en las parroquias de los barrios del país, pudimos leer en los diarios nacionales, las homilías enunciadas, que fueron directamente a fustigar la política económica de este Gobierno, que ha ido destruyendo, de manera paulatina, el nivel de vida de los/as dominicanos/as. Dos posiciones diferentes del Clero Dominicano, pues mientras la cúpula de la Iglesia Católica, juega a apoyar la reelección del Presidente Leonel Fernández, con una complicidad que ayer fustigaron, de manera inclemente, contra Hipólito Mejía; los sacerdotes de los barrios, que viven diariamente la situación de pobreza extrema de las familias que forman parte del cordón de miseria de nuestras barriadas, no pueden más que expresar, en el sermón de las siete palabras, su denuncia y desacuerdo, a una política que ha contribuido a elevar los niveles de indigencia de nuestra gente. En su denuncia, desde el púlpito de nuestra Catedral Primada de América, tuvieron que enumerar el boato, el dispendio, la corrupción, el dolo y el contubernio mafioso, que ha llegado a niveles deleznables, en este Gobierno peledeísta, que ayer preconizaron, actitudes inmaculadas y que hoy, se han destapados como los propiciadores de las mayores afrentas al comportamiento hacia la dignidad de los dominicanos y dominicanas. Porque los sacerdotes no podían dejar de enunciar, cuan mentiroso es este Gobernante de turno y con que desparpajo se utilizan los recursos del Estado, para querer entronizarse en el Poder. En las etapas finales de la Era de Trujillo, la Iglesia, jugó un papel protagónico para su aniquilamiento definitivo. Nos acordamos de aquellos famosas Pastorales, que costaron la persecución de los Obispos Panal y O´Reilly, además de un montón de curas, como el Padre Cabello y Padre Francisco Martínez, párroco de la Iglesia San Felipe de Puerto Plata, que fueron deportados, por su posición radical de denunciar las atrocidades cometidas contra los Derechos Humanos por la dictadura trujillista, dentro de los cuales estuvo el asesinato de las Hermanas Mirabal el 25 de noviembre del 1960. La iglesia de abajo, la que está en contacto directo con la gente, es la que refleja de manera concreta y pragmática, las palabras de Jesús, enunciado en los evangelios, que fueron el soporte de su magnificencia. Mientras la voz de la Iglesia de abajo truena denunciando la razón de la injusticia y el empresariado de Santiago y el Este juegan su papel de utilizar la visita del Presidente para comprometerlo a ejecutar obras importantes para el desarrollo de las provincias donde tienen asentados sus capitales; en Puerto Plata, empresarios/as utilizando el nombre de sus asociaciones, nos retrotraen en la historia, no para exhibir posiciones de avanzada, que exige modelos de liderazgos que apabullen conceptos mesiánicos y dictatoriales que puedan surgir en nuestros gobernantes, si no que son precisamente quienes los incentivan y lo protagonizan, en un acto bochornoso y cuestionante, llevando un mensaje distorsionador y alienante a las nuevas generaciones, que por demás ellos forman parte. Definitivamente, en Puerto Plata hay un retroceso en la mentalidad y en el comportamiento de las fuerzas sociales y económicas que deben producir las transformaciones. Hace 46 años, en la Era de
Trujillo, esas mismas fuerzas sociales, supieron enfrentar al Tirano aún
a expensas de desafiar su ira, pero estaban fortalecidas en la defensa
de que su papel social, estaba centrado en servir de catalizadores para
implementar los cambios que la sociedad demandaba y no para formar parte
de actos degradantes. La Semana Santa, que acabamos de pasar, se movió dos posiciones importantes, una a nivel nacional y otra local, que nos servirá para poder evaluar, el camino a tomar por nuestra sociedad.
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