Opinión

 

"CASOS, RUMORES, MENSAJES Y ALGO MÁS"

SOBRE EL BROTE DELICTIVO EN RD. 

Desde hace más de un año los medios están saturados de noticias sobre el aumento desmesurado de la delincuencia en este país. Hechos de violencia sin precedentes se suceden una y otra vez, dejando impávidos a cuantos vivimos en este suelo y aterrados a los que, como víctimas, tienen mejor suerte que otros tantos que hoy duermen el sueño eterno.

Las teorías sobre las posibles causas, lamentablemente, quieren ser utilizadas como material político, atribuyendo este brote a la “necesidad” que vive la gente, especialmente la gente pobre; pero es una visión injusta, y no precisamente con el gobierno de turno: es una ofensa contra la misma gente pobre de este país, pues equivaldría a decir que los pobres son ladrones y matones, precisamente por el hecho de ser pobres.

Sin intentar ir muy profundo respecto a la condición de pobreza, es preciso recordar las palabras del propio Señor Jesucristo quien dijo “a los pobres siempre los tendréis con vosotros…” Es decir, que siempre habrá pobres en el mundo. Y si miramos hacia atrás, siempre ha habido pobres en todas las sociedades y en todos los países del mundo.  Lo que no se puede decir es que la pobreza es la madre de todos los crímenes. ¿A caso no había pobres en los tiempos de Duarte? Los había.  ¿No había indigentes harapientos en los tiempos de Trujillo? Los había y muchos. Pero nunca comprometieron su dignidad a causa de su pobreza.  

Lo que sucede hoy es distinto. Lo grave es que muy poca gente quiere agarrar el toro por los cuernos o mejor dicho, nadie quiere comprometerse en una lucha que podría ser muy peligrosa. El gran problema que ha traído este desasosiego a la sociedad dominicana está en la droga.  Nadie ha echado una mirada a las estadísticas de la cantidad de jovencitos de intermedia y secundaria cuyos cerebros están fritos por el consumo de estupefacientes, cuya lista va en aumento.  Son miles los padres irresponsables que ni se percatan que sus hijos están metidos en la droga y ahora son ladrones desesperados para solventar su vicio. Otros tantos, ilusos a conciencia se están preguntando porqué se les pierden los dineros de los sitios más intrincados; o andan con las manos en la cabeza buscando la licuadora y el equipo de música que de pronto desaparecieron. 

Y esa misma droga se ha metido en las barriadas marginadas y ha desesperado también a las familias más humildes en las que muchos de sus jóvenes se han transformado en instrumento de mafias delictivas que buscan conseguir dinero aún sea golpeando y matando, ya sea por un celular o una cadena cualquiera. Se trata de alimentar un vicio que les carcome. Ya entraron y no hay vuelta atrás. 

Todos los días vemos en la televisión y en los diarios sobre los decomisos de tantos y tantos kilos de droga, pero ¿Quién sabe de los que se quedan aquí y de los que están llegando a las manos de nuestros muchachos, convirtiéndolos en autómatas del mal? Hay quiénes lo saben, pero se callan, por miedo. Se trata de una industria que mueve millones y con facilidades en todos los estratos de poder para silenciar las vidas de los que hablen. Qué pena que la patria de Duarte no va a quedar en las manos de algunos de sus enemigos (quizás hubiera sido más digno, pues siempre habría la oportunidad de encender la llama de la libertad), sino en manos de dominicanos corruptos, titiriteros de zombis, incapaces de pensar nada que no sean las ilusiones y relámpagos de un viaje de sustancias prohibidas.

Si quiere opinar sobre ésta y otras informaciones le invito a visitar a: caramand.blogspot.com  

 
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