DESTILANDO
				SE HUNDE LA REELECCIÓN
				29 de abril de 2008
				Solo actos indebidos, 
				que ocurren de manera repetida en el presente gobierno explican 
				las dificultades electorales que confrontan los peledeistas y su 
				candidato aspirante a una reelección.  
				Ya en un artículo 
				anterior publicado  en este mismo periódico, indicábamos que en 
				la obra de gobierno de Leonel Fernández hay una gran  ausencia 
				 de sentimiento humano. Que era muy frió, y que la gente no era 
				el factor predominante en su gestión. Y hoy debo agregarle, que 
				su gobierno se llena de cuestionamiento morales, lo que 
				disminuye  dramáticamente la credibilidad que en determinado 
				momento conquisto el actual gobernante.  
				El Presidente 
				reeleccionista esta apostando a que mientras más obras realice, 
				más votos garantiza, como si el mucho hacer cosas desordenadas y 
				no prioritarias, se puede asociar a buen gobierno. Recordemos 
				que Trujillo, construyó gran parte del país, y muchas de sus 
				obras aún hoy perduran y se utilizan, pero a pesar de esto, 
				nadie puede negar que fue lo peor que nos pudo pasar en el siglo 
				pasado.  
				El hacer muchas cosas 
				sin tomar a la gente, al hombre, a la mujer, como el objeto 
				fundamental del gobierno, aleja al gobernante del club de los 
				buenos gobernantes, para pasar a formar parte de los que 
				derrochan las riquezas de un país, promoviendo el 
				distanciamiento entre los pobres (que hoy son más) y los ricos 
				(que hoy tienen más).  
				Eso explica que, a pesar 
				del ritmo de inversión publica que lleva este gobierno, 
				aspirante al continuismo, esté confrontando dificultades para 
				garantizar el voto de las grandes mayorías nacionales.  
				Y lo  peor es que, ante 
				este percance, mal pretende resolverlo, recogiendo toda la 
				basura que se ha acumulado en los últimos veinte años en el 
				quehacer político. Y está muy claro, que la suma de basura 
				siempre dará basura. Y asociando la basura a CERO, 
				podemos decir sin temor a equivocarnos  que, muchos ceros, 
				siempre darán cero, por lo que el hundimiento de la reelección 
				esta ahí, al doblar de la esquina. 
				
				
				
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