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				CÁMARA DE CUENTAS: PLATO DEL DIA
				 29 de junio de 2008
				Sería interesante y hasta instructivo que 
				el Senado de la República permitiera que se transmita en vivo el 
				juicio político a los miembros de la cámara de cuentas.  Muy 
				particularmente pienso, habiéndolo expresado con anterioridad, 
				 que esa institución no tiene calidad moral para enjuiciar ni 
				una mosca.   
				Son amorales. Sus miembros son como las 
				pirañas de Harold; solo buscan ventajas. Un ejemplo de ello es 
				que conociendo bien la miseria de salario de los empleados 
				públicos; los policías, los maestros, los médicos, se auto 
				aumentan  los suyos alegando “que esos recursos fueron generados 
				por el ahorro en el presupuesto”, como si la Cámara de Diputados 
				fuera una isla. ¿De dónde proviene el dinero del presupuesto de 
				esa cámara? Del erario público.  
				El Congreso como está estructurado 
				actualmente se ha convertido en una institución parasitaria al 
				servicio del ejecutivo. Por la conformación de su matrícula no 
				influye en el “peso y contrapeso” que necesariamente debe 
				existir entre los Poderes del Estado. Si Montesquieu, el señor 
				de La Brède, aun viviera, se moriría de la risa con esta 
				caricatura de democracia que nos gastamos.   
				Escalofríos da, cuando se ven en la 
				televisión los comerciales que promueven ambas cámaras como 
				honestas, trabajadoras y éticamente irreprimibles. A uno se le 
				crispan los bellos cuando mira el cinismo y la desvergüenza de 
				gente que trabaja poco y recibe las mieles del poder en bandeja 
				de plata. Decía un profesor de derecho constitucional: “a mí que 
				no me representen”.  Total, no representan a nadie, solo a sus 
				bolsillos.   
				Digo como dije, que sería interesante el 
				juicio porque podría convertirse en un espectáculo circense de 
				alto calibre. Motivos hay, de seguro, para que de las supuestas 
				cien auditorias que debían practicar del 2007 a mayo de 2008, 
				sólo se realizaran diez. Se sabe que hay cuestiones vergonzosas 
				pero “el que esté libre de pecados, que tire la primera 
				piedra”.  
				Si permitieran televisar la interpelación o 
				el llamado juicio político me atrevería a afirmar que ni los 
				premios Casandra tendrían una audiencia parecida. El presidente 
				del organismo llamado a auditar las instituciones públicas 
				podría tener muchas cartas bajo su manga. Debe tener, digo yo, 
				conocimiento de muchas “indelicadezas” que se cometen en este 
				país en contra de la cosa pública.   
				Uno se pregunta; ¿Qué es lo que buscan con 
				el juicio? ¿A quién van a convencer y de qué? ¿Qué hay detrás de 
				toda esa maraña de acusaciones? Lo cierto es que en estos 
				momentos, Satanás le queda corto en vicios al Presidente de la 
				Cámara de Cuentas, Andrés Terrero.  
				Si bien es cierto que el juicio podría 
				sumirlo en un atolladero del que nunca podrá salir, también se 
				le presenta una magnífica oportunidad, y hablo de todos los que 
				serán juzgados,  para sacar a la luz muchas cuestiones oscuras 
				de las que hay en el manejo de la cosa pública.  En sus manos 
				está convertir este problema en una oportunidad.  
				En su poder y no en el de nadie más,  está 
				cifrada la esperanza de mucha gente aunque en estos momentos 
				pocos lo crean. Si se convierte en león y denuncia o si se 
				convierte en hiena y huye, de eso dependerá su futuro.   
				Mientras tanto vayan acomodándose que el 
				espectáculo va a comenzar.  
				
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