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				DE ABOGADOS DEPREDADORES
				 11 de diciembre de 2007 
				Una de las tareas que debe emprender la 
				recién reelecta presidenta del Colegio de Abogados de la 
				Provincia de Puerto Plata,  es tratar por todos los medios de 
				adecentar la carrera.   
				Si bien es cierto que hay abogados decentes 
				que se ganan la vida haciendo lo correcto, aparecen algunos 
				estafadores de cuello blanco y corbata negra que ven en cada 
				ciudadano noble un blanco fácil para sus apetencias.   
				Muchachos que hasta hace seis o 
				siete años eran empleados privados de baja remuneración y que 
				cursaron estudios de derecho, deambulan por ahí haciendo 
				"travesuras". Pronto se montan en Jeepetas de último modelo, 
				pistolas, casas y llevan vidas de Rubirosa con el producto de sus desaguisados.   
				Sus vicios y “apetencias de hartazgos 
				materiales”, como diría Ingenieros, la quieren saciar a la luz 
				de unas demandas sin fundamento, carentes de toda lógica. Son 
				insensatos con una licencia para extorsionar.  Eso no puede 
				seguir sucediendo.   
				El Colegio de Abogados de Puerto Plata debe 
				trabajar en ese sentido, la ciudadanía está harta de esos 
				depredadores.  También se es corrupto cuando se elevan recursos 
				insustanciales, con el conocimiento de que no prosperarán,  muchas veces con miras a “ver si pego”.   
				Por suerte que entre los jueces de ayer y 
				los de hoy hay una distancia suficiente como para poder 
				determinar, a la luz de la lógica, el fondo de esas demandas 
				infundadas cuyo único objetivo es tratar de sacarle el dinero 
				del bolsillo al otro.   
				Se suponía que, al igual que con la 
				notaría, se cerrarían las carreras de derecho de las 
				universidades por algunos años, con la finalidad de detener por 
				un tiempo la avalancha de profesionales de esa carrera que 
				deambulan por las calles en busca de incautos y de evitar que la 
				profesión misma se deslegitime tal y como está sucediendo ahora. 
				  
				Somos participes de que las autoridades 
				educativas deben tomar medidas para evitar el cúmulo de abogados 
				pasilleros, desconocedores de la ley, “fianzólogos”  y lo que es 
				peor,  de capos con corbata.    
				Solo resta esperar las iniciativas del 
				Colegio de Abogados de Puerto Plata con miras a vigilar la 
				actuación de esos indeseables “profesionales” que con sus 
				actuaciones deslucen los fundamentos de una carrera tan noble, 
				lógica y útil como esa.   
				
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