Opinión

 

 LAS BANDERAS ESCASEABAN

 27 de enero de 2008

Acostumbrado a trabajar los sábados, éste 26 pasado, me dediqué, como queriendo llenar los espacios vacíos dejados por el celular, los emails y la gran cantidad de papeles que hay que manosear cada día, me regalé el disfrute de deambular por las calles sin nada que hacer y mucho en que pensar.  

Sábado, día de Duarte, de su natalicio. El malecón lucía repleto de estudiantes, muchos de ellos casi  arrastrando las banderas que habían utilizado en los desfiles de las diversas instituciones escolares que conmemoran esta fiesta. Todos animados caminaban al ritmo de la bachata o el “merengue de calle”, que aunque parezca irreverente, muy a nuestro pesar, nos atrevemos a decir que son los himnos nacionales de hoy.  

Después de dar dos vueltas, me dirigí hacia el centro y las periferias de la ciudad. Mucho tránsito, el normal para un sábado y al conducir despacito, cruzando esquinas, doblando, mirando, algo me llamó la atención; la escasez de banderas.  

Desde muy pequeño recuerdo esa bandera tricolor apostada con la rigidez de una convicción enérgica en la ventana de mi casa. Recuerdo esa bandera que tras un descanso de 163 días, desde agosto hasta enero, se le veía mover tímida y perezosa apostada en la ventana de en frente. Mi madre, maestra de escuela, nunca dejó pasar esas fechas sin rendirle honor verdadero a esa enseña azul, blanca y roja que simboliza todo lo bueno, lo puro, sensible y humano; el ideal de un hombre hecho realidad.

Sí, escaseaban las banderas. ¿Pero, para que sirve una bandera? ¿Para qué sirve una simple bandera? ¿Si la constitución dominicana es un pedazo de papel, qué será la bandera? ¿Será un pedazo de trapo sin utilidad alguna? ¿Será, qué será? ¿Un lienzo de tres colores de cuya historia y función social ya  nadie recuerda? 

Me contesté, no sin pavor y estremecimiento, que lamentablemente ella sólo sirve como instrumento para conservar privilegios. Ha venido a ser solamente un símbolo que permite a unos cuantos hacerse con lo que es propiedad de muchos. 

¿Qué es una bandera, un himno, un escudo? ¿Para qué sirven esos símbolos? Es indudable que la fuerza que los mantiene como emblemas nacionales está basada en el individualismo, la egolatría, el despilfarro y la malversación. Se tienen como instrumentos, ya hace mucho que dejaron de ser emblemas de la dominicanidad. Es inmoral cuando se predica algo en lo que no se cree. Mientras unos pocos se enriquecen ordeñando la vaca nacional, la mayoría vive miserablemente. Y la miseria no es solo de alimentos, también es de valores.  

Hay muchos pobres en este país, muchos.  

Tal vez por eso se mantiene este sistema maldito donde un gran porcentaje de las finanzas nacionales se usan para pagar a vagos y otro gran porcentaje para pagar préstamos cuyo capital esta invertido en fincas, villas, yates, queridas y Don Perigñon.  

Mucha gente ganando millones de pesos mensuales, inmorales, deshonestos. Ordeñan la vaca nacional con una facilidad pasmosa. Se auto asignan salarios escandalosos por cuenta propia a costa de la educación, la salud y el crecimiento del dominicano simple, el dominicano de a pie.  

 ¿Para qué colocar banderas si ya el compromiso con el deber para con la patria desapareció? 

Son restos lo que quedan de ese amor incondicional a la dominicanidad. Llegó el momento de la superficialidad, la conveniencia del momento, el irrespeto a todo. De este mal no se salva nada ni nadie. Ya si es verdad que nos jodimos.

 

luishcanela@gmail.com

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Nombre:   Héctor
Apellido: Jerez
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Suscribo lo que dices, debemos pasar la voz, convencernos de que es posible cambiar este estado de cosas.

Construir una nueva mayoría alrededor de nuevos paradigmas.

No es posible continuar eligiendo entre corruptos.

Este país, tiene muchos hombres y mujeres de valor, salgamos al encuentro, atrevámonos como Obama a romper el cerco del aceite tres en uno (PRD, PLD, PRSC).

Pasemos la voz.


 

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