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				LIMITES AL MOTOCONCHO
				 20 de diciembre de 2007
				Más temprano que tarde,  la sindicatura del 
				 municipio cabecera de Puerto Plata deberá encarar los problemas 
				del tránsito,  ya que  a nuestro entender,  la nueva modalidad 
				de transporte de pasajeros, en términos relativos; el  motoconcho, 
				está trayendo más problemas que soluciones.   
				No respetan las luces de los semáforos, las 
				vías contrarias, los pares, adelantan a los vehículos por donde 
				mejor les parezca, son suicidas al volante, la humareda que 
				respira el ciudadano está contaminada por efecto de la ligazón 
				del aceite con la gasolina, específicamente cuando hay más del 
				primero que de la segunda.   
				Cuando hay un accidente, por  pequeño que 
				este sea, se aparecen doscientos motoristas en lo que canta un 
				gallo  y rodean como una turba a los conductores de autos, 
				aunque quien haya provocado el percance sean ellos mismos.  El 
				hospital está repleto de accidentados.    
				Ahora sus paradas abundan en el centro de 
				la ciudad. Si antes los parqueos para vehículos estaban 
				difíciles, ahora es que la situación se ha tornado color gris.   
				¿Cuál es una de las causas que ha dado 
				lugar a esta nueva modalidad de transporte? El abandono del 
				campo por parte de los gobiernos. El campesino ha tenido que  
				salir para poder vivir. Esta situación también se refleja en la 
				gran cantidad de barrios en las periferias de las ciudades.   
				Pero volviendo al tema, el problema no se 
				resuelve solamente con chaquetas numeradas, paradas, cobros de 
				impuestos,  reuniones,  creo, que para el bien de todos, 
				conductores de automóviles, dueños de negocios, dominicanos y 
				 turistas que transitan a pie por el casco urbano,  se deberían 
				establecer límites para la entrada de los motoconchos, por 
				ejemplo, al norte la calle Antera Mota, al sur el Malecón, al 
				este la 27 de Febrero y al oeste la calle San Felipe.   
				En ese perímetro, según nuestro 
				planteamiento, no podrán ejercer su oficio estos transportistas 
				de dos ruedas.   
				Sé que esta propuesta podría mover a 
				severas críticas por parte de los usuarios, lamentablemente aquí 
				la gente no le gusta caminar ni un metro.  Usted se imagina el 
				mar de gente caminando entre los negocios, mirando, entrando, 
				tal y como sucede en todas las ciudades civilizadas. 
				Indudablemente que le daría más vida a los negocios  localizados 
				dentro de los limites mencionados.  
				De manera que instamos a nuestro Síndico 
				que preste atención a esta sugerencia.  Sabemos que es duro 
				tomar una decisión de esa naturaleza, pero el ordenamiento del 
				tránsito de una ciudad debe estar por encima de muchas cosas.   
				A veces hay que apretarse los pantalones y 
				demostrarle a los sindicatos que existen autoridades capaces de 
				tomar decisiones.  
				
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