LLEGÓ LA HORA 

  ¡AY… LO DIJO!

Mirna Santos 

Con todo este destape que ha salido a la opinión pública sobre los altos sueldos que disfrutan los funcionarios de este Gobierno peledeístas, podemos darnos cuenta cómo el Dr. Leonel Fernández premia a sus funcionarios con sueldos irritantes y condena a las mayorías de este pueblo a sueldos miserables, lo que nos hace una nación donde los niveles de pobreza y desigualdades se han acentuado de manera bochornosa  y peligrosa para la estabilidad y la gobernabilidad. 

Sin embargo, podemos  sacarle su plato aparte al Superintendente de Bancos, Lic. Rafael Camilo, que de manera desenfadada, admitió recibir un sueldo y beneficios abultados, donde él mismo, según él,  ha perdido la cuenta. 

Y lo decimos por la sinceridad expresada a unos periodistas, donde de manera espontánea, sin cortapisas y con un dejo de sinceridad poco vistas, en un funcionario peledeísta, estableció claramente que devengaba un sueldo de lujo y que además disfrutaba de otras prebendas propias de su jerarquía, donde él mismo había perdido la cuenta del monto total de sus entradas, lo que él calculaba a grosso modo, por encima del medio millón de pesos.   

Con esta actitud de sinceridad demostró que es un hombre sincero y que  tiene una formación diferente que no puede ocultar que viene de una militancia política de izquierda que le signó por lo menos, para manejar su franqueza. 

Con Rafael Camilo compartí en mis años de vida política revolucionaria, aunque teníamos militancia diferente.  Yo era  una militante del MPD y él de los Corecatos, pero hacíamos vida política activa en los predios de la UASD  y como era natural compartíamos luchas conjuntas y objetivos en común, en ese momento, por un mayor presupuesto para la universidad. Rafael Camilo no ha cambiado en lo que respecta a su honorabilidad y su sinceridad.  Su militancia ahora en el PLD no lo ha desenraizado, ni le ha hecho adoptar posiciones acomodaticias o genuflexas al Poder, que aún siendo uno de sus funcionarios mas prominentes, en el área económica, con la constancia que tiene de este desastre bancario, no se ha prestado a ocultar ni a exculpar.  De ahí su posición con referencia al juicio de los imputados/as en el caso Baninter,  donde siempre ha planteado su culpabilidad y el desastre económico que la quiebra de este banco ocasionó al país, sin utilizarlo como ardid para achacarlo al Gobierno anterior, dejando de lado la parte política, de lo que ha sido un delito en sí  de los responsables de este manejo fraudulento de montos hasta ahora insospechados, que han salido a relucir, en todo el discurrir de las audiencias que se han venido ventilando en nuestros tribunales judiciales. 

Cuando Rafael Camilo responde sin empacho, que gana mucho y gana bien en el puesto que hoy ocupa, define una conducta clara, de sinceridad sin simulaciones, muy diferente a la que ha signado este Gobierno, de que sus funcionarios, como el Gobernador del Banco Central y el Lic. Vicente Bengoa, que gana por encima del millón de pesos mensuales, entre otros,  aunque lo hayan negado a través de la Dirección de Prensa del Palacio Nacional, la verdad ha salido a relucir con datos concretos, donde el pueblo ha podido establecer que éstos sean definitivamente los mejores pagados de la Región, y tal vez de todo el mundo, siendo un país de 9 millones de habitantes con niveles de pobreza y pobreza extrema  que nos coloca en los lugares mas altos en desnutrición, violencia, inseguridad ciudadana, analfabetismo y desempleo; pero podemos darnos el lujo de exhibir que tenemos un Gobierno con un gabinete que gana sueldos, por encima del Presidente Bush y de los más altos funcionarios de las naciones mas desarrolladas. 

Muy diferente es el comportamiento sincero de Rafael Camilo, a las sinuosidades y simulaciones que exhibe el Gobernador del Banco Central, al pretender desmentir al presidente del PRD, Ing. Ramón Alburquerque, en su denuncia al país, de cómo este Gobierno y el Dr. Leonel Fernández, se burlan del pueblo dominicano, con una ostentación y un boato que espanta, frente a un pueblo que en este mandato presidencial han caído de manera abrupta los indicadores económicos a tal magnitud que el 60% de la población percibe sueldos por debajo de cuatro mil pesos, cuando la canasta familiar está establecida por encima de los quince.  Esas realidades e inequidades son las que hacen que la expectativas del pueblo haya hecho bajar a más de un 20% las simpatías de este Gobierno y que cada vez más Miguel Vargas Maldonado siga creciendo y sumando las voluntades de cambio y nuevas esperanza del pueblo dominicano.

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