LLEGO LA HORA
EL DESMONTE DE ÁRBOLES Y EL GRAN NEGOCIO DE LAS PALMAS
“En el Día Mundial del Ambiente”: “El árbol es sombra
protectora, como los amigos; sombra que varía con el día,
que avanza y hace variados reflejos de luz semejantes a las
estrellas”…. Anónimo.
Mirna Santos
La comunidad
puertoplateña ha seguido expectante los acontecimientos
ocurridos alrededor del Parque Central y de la Rotonda frente al
Estadio José Briceño, porque no lográbamos explicarnos, por más
que se ha querido justificar, el porqué, fueron deforestadas de
manera dramática, ambas áreas públicas, sin que la gente se le
hubiese dado ningún tipo de explicación.
Y lo decimos así, tomando las palabras
expuestas en comparencia pública por el propio presidente del
Cluster Turístico, Dr. José Natalio Redondo, al explicar que
este mecanismo fue creado “para propiciar y fomentar una gran
alianza no sólo con el sector turístico, si no con todos los
sectores de la sociedad puertoplateña en todos los aspectos del
proyecto elaborado por el Cluster Turístico y Cultural sobre el
Plan de Rescate y Revitalización del Centro Histórico de Puerto
Plata”; palabras muy sabias que no se compadecen con la realidad
de sus actuaciones.
Sin embargo, cuando nos enteramos del monto
de 11 millones de pesos otorgado por la Oficina Supervisora de
Obras del Estado, mediante un contrato al Agron. Alberto
Polanco, esposo de la regidora y dirigente peledeísta, Evelyn de
la Cruz, que a la vez funge y recibe un sueldo como Directora de
la Oficina Provincial de la Mujer, entendemos por donde va la
cosa.
A esto se auna el hecho, de que cuando
vemos las cifras expuestas públicamente por técnicos del Jardín
Botánico, sobre la realidad de sembrar el país de palmas, nos
damos cuenta perfectamente, que lo que se ha movido en esta
intervención brutal a nuestro parque central y a la rotonda,
fue un verdadero negocio.
Vamos a definir por qué: según estos
técnicos, una palma oscila entre RD$ 7,500.00 y RD$ 12,000.00
pesos plantarla, ya que se le compra al propietario entre 2 mil
y 3 mil pesos en el terreno. Luego se debe pilonear por el
precio de 500 a mil pesos; luego hay que pagar la grúa para
sacarla y la patana para transportarla. El hoyo donde se coloca
cuesta entre 500 y mil pesos aproximadamente.
Hay que adquirir la hormona y otros químicos para poderla
enraizarla, además de ponerle fungicida para que no se dañe, y
se le paga a otra grúa para sembrarla en el sitio que
definitivamente se haya elegido para su colocación.
El sembrar palmas
además, tiene costos asociados, según estos técnicos, y cuando
usted lo analiza, resultan caras el poder plantarlas, a
diferencia, por ejemplo, de una planta que usted fomenta en un
jarro o en una funda en un vivero, o el darle mantenimiento a
las que ya existen por décadas y que conforman una tradición de
generaciones el observarlas.
Pero además se corre el
riego que toda esta inversión de millones de pesos que nos
cuesta a los/as dominicanos/as impuestos, disminución de la
calidad de vida y restricciones familiares y sociales, pueda
resultar un chasco; ya que estas especies se mueren si no son
tratadas adecuadamente y más cuando las condiciones del suelo no
sean las mejores.
Además las palmas tardan
de ocho meses a un año para adaptarse al terreno, por el
tratamiento que ameritan, corriéndose el riesgo de que puedan
morirse si no son tratadas dentro de los parámetros técnicos que
se requiere.
El cabildo de Santo
Domingo está invirtiendo 40 millones de pesos para sustituir
plantas centenarias por palmas y por suerte un gran movimiento
ciudadano, contuvo el que se siguiera deforestando la Ciudad
Colonial y sus parques; aquí en Puerto Plata se van a invertir
11 millones en la rotonda y 37 millones en el Parque Central,
todo manejado mediante contratos a personeros escogidos
especialmente, no por ser técnicos calificados y expertos en
esta labor, si no por su lealtad al Gobierno o su
incondicionalidad a la cofradía conformada por Turismo,
Gobernación y compañía que dirigen los ingenieros Kuky Silverio
y Abraham Selman, con el silencio compromisario de autoridades
del Medio Ambiente, Sala Capitular, Oficina de Planificación
Urbana y Sindicatura, representada por el Cluster Turístico y el
Plan de Rescate del Centro Histórico de Puerto Plata, que se han
prestado a justificar este desastre.
Con esta política de
desolación con un concepto de intervención de “tierra arrasada”
de los parques y rotondas como espacios públicos, además de
constituir un negocio por las sumas involucradas, también nos
deben dar la explicación: de ¿a dónde y a qué lugar fueron a
parar las caobas y los cedros arrancados de raíz en la rotonda?.
¿Qué nos dicen las autoridades de Medio Ambiente sobre el camino
tomado por estos árboles tan deseados por el valor de su
madera?
Todos estos funcionarios
del PLD junto a sus adláteres empresariales, se anotan una
nueva calificación a su voracidad desbordada de acaparar y hacer
negocios a costa de nuestros bolsillos y del medio ambiente.
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